Es referente de la criomedicina y de la criocirugía, ámbitos que no deja de investigar y de aplicar a patologías oncológicas. Su dilatada trayectoria en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y de estas técnicas con las que se alcanzan los menos 192 grados en quirófano le ha valido un reconocimiento del que está especialmente orgulloso. No obstante, su gran reto es encontrar una vacuna personalizada contra cada cáncer tras un estudio llevado a cabo en pacientes de Manila con el que consiguieron mejorías e, incluso, en algunos que tenían metástasis, que desapareciera.

El pasado 6 de junio fue nombrado de manera oficial miembro de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras. ¿Cómo recibió la noticia?

Me lo comunicó el vicepresidente y después me mandaron la información oficial. La verdad es que es una gran satisfacción. La academia se creó en 1973 a raíz de que la secretaria del presidente del Senado recibió un encargo para visitar la Unión Soviética cuando se estaban creando relaciones entre estos y Francia. El presidente del Senado encargó crear unos puente científicos y culturales y así surgió, y luego la fundó un discípulo de Marie Curie.

¿Cómo se sintió rodeado de personas tan influyentes?

Muy bien, pero al mismo tiempo son personas de gran sensibilidad, naturalidad y generosidad. Eso se aprende siempre de la gente importante y grande. Es una gran satisfacción para mí que hayan contado conmigo para estar en este sitio tan importante en el mundo del arte, de la ciencia y de la cultura.

¿Cómo fue la sesión inaugural?

Por la mañana hubo una visita al Senado y por la tarde estuvimos en el acto. Fue un acto muy entretenido. Hay coloquios, actividades, en julio habrá una reunión, después habrá otra sobre energía nuclear en Polonia y una a la que quizás asista en Lisboa a finales de octubre, y se está preparando para año el próximo un coloquio similar al que hubo en Cáceres en 2014 en Túnez.

Usted es defensor y propulsor de la criomedicina, en concreto es especialista de la criocirugía. Cuente en qué se diferencia de la medicina convencional.

La criocirugía y la criomedicina son la aplicación del frío a la medicina, en el caso de la criocirugía estamos usando temperaturas ultra bajas, a -180 y -192 para destruir el cáncer. Esto se consigue gracias a que podemos colocar unas agujas finas llamadas criosondas que llevan otro circuito. Cuando colocamos la criosonda en un órgano, entra el gas argón por el circuito interno y pasa al externo. Si se hace al aire no se hace bola de hielo, si lo hacemos en un recipiente con suero o agua se forma una bola. Dentro del organismo el agua de las células consigue que se haga una gran bola que destruye las células cancerosas. En pacientes con cáncer de próstata lo controlamos con la ecografía en tiempo real. Cuando lo hacemos en otros órganos o huesos, en el escáner vamos controlando en cada momento dónde vamos colocando esas criosondas. La diferencia entre un escáner normal para diagnóstico y este es que este tiene una pantalla que permite que podamos ver en cada segundo de la intervención donde nos estamos colocando. Y de esa forma controlar cuando el cáncer desparece.

Usted investiga un tratamiento crio inmunomodulador del cáncer. ¿Cómo va esta investigación?

Se trata de la utilización de un medicamento con propiedades sobre los linfocitos T para ayudar al organismo para luchar contra el cáncer. El problema del cáncer es que son nuestras propias células las que crecen de manera anárquica y desorganizada y nuestro organismo no se da cuenta hasta que crece y se expande llegando a consumir todos los recursos de nuestro organismo. ¿Qué ocurre? Nosotros con la criocirugía destruimos las células tumorales y, cuando se rompe la célula tumoral, se libera material antigénico que, junto con el tratamiento inmunomodulador, ayuda a luchar contra el cáncer y es ayuda a mejorar los resultados.

También trabajan para crear una vacuna personalizada contra el cáncer...

Es un tratamiento inmunoterápico, la vacuna contra el cáncer. Pero quiero aclarar que realmente sólo existe una vacuna contra el cáncer, la del virus del papiloma humano, que se aconseja poner a las niñas ya que evita que aparezca el virus del Papiloma Humano porque este es muy cancerígeno. Lo que nosotros hacemos con lo que llamamos vacuna contra el cáncer es una vacuna contra cada tipo de cáncer, es decir, personalizada. Cuando lo tengamos autorizado para ponerlo en funcionamiento se sacará sangre al paciente mediante un proceso llamado leucoféresis y de esa sangre se extraen las células dendríticas. Estas son las encargadas de nuestras defensas. Posteriormente, en un laboratorio especial, llamado Sala Blanca, lo que hacemos es multiplicarlas, cultivarlas para que se multiplique su número y posteriormente se presentan al antígeno y se inyectan al paciente al terminar el tratamiento con criocirugía, alrededor de la zona que hemos tratado; de esa forma, liberamos una gran cantidad de células dendríticas que ya están sensibilizadas contra ese cáncer y eso ya se ha comprobado en diversos estudios clínicos produce vacunación contra el tumor. Existe otra forma de hacerlo, tal y como se hace en el London College, que ya ha publicado el caso de un paciente que presentaba un tumor cerebral que se ha tratado con células dendríticas, vacunándose y ha vencido el cáncer, es un actor muy conocido y ya está trabajando. A él se le aplica la vacuna una vez al año durante un periodo de varios años. Pero en nuestro grupo, según nuestros trabajos realizados entre 2003 y 2013 en el llamado Proyecto Manila, hemos visto que con una sola dosis se produce una vacunación suficiente para que el paciente encuentra una gran mejoría, incluso hay pacientes en los que han llegado a desaparecer las metástasis. En definitiva, se trata de que una enfermedad, como el cáncer de próstata que puede ser mortal, logremos convertirla primero en una enfermedad crónica con la que puede convivir el paciente sin problemas y, posiblemente, va a morir de otra enfermedad.

¿Es el futuro para combatir el cáncer?

Bueno, en la lucha del cáncer hay muchos caminos abiertos, pero si le aportamos al organismo las medidas suficientes para defenderse y prescindir de muchos quimioterápicos será mucho mejor.

También es experto y lleva a cabo la conocida como biopsia por fusión. La precisión ha llevado a que el 90% de los casos llevados a cabo sean exitosos. Explique en qué consiste.

Con ella se hacen infinitamente muchas menos biopsias y son muchísimo más seguras porque el porcentaje de acertar es más alto. De esta forma hacemos menos pero en lo que hacemos, estamos más seguros.

Tras más de 25 años de experiencia en el ámbito sanitario, ¿cómo ve a la provincia de Málaga respecto a otras provincias?

Muy bien, el nivel sanitario profesional en la provincia es altísimo y nuestros médicos, nuestros enfermeros y profesionales de la salud malagueña están al nivel de cualquier sitio, incluso internacional.

Siempre ha apostado por la prevención como el mejor tratamiento de cara a un diagnóstico. ¿Están los recortes olvidándose de esto?

Yo creo que no. Lo que pasa es que tardan más tiempo en hacer las pruebas, pero en ese sentido no están afectando ni deben afectar, la época de los recortes espero que llegue a su fin. No creo que tardemos mucho en solucionar este problema.

Los investigadores denuncian que cada vez se apuesta menos por invertir en futuro y que muchos proyectos se están quedando sin financiación...

No hay mucho dinero para investigar y muchas veces se investiga a costa del bolsillo del que investiga, pero la pasión por saber es superior. Nosotros tenemos un grupo ahora con un ingeniero biomecánico, un médico y un físico, que es uno de los inventores de la resonancia magnética y otro un grandísimo talento de Zurich que está investigando un nuevo sistema para el tratamiento del cáncer en general, puedo decir que lo estamos prácticamente financiando nosotros: los viajes, los ensayos clínicos, todo lo estamos haciendo con dinero nuestro. Si esperamos a que nos den el dinero... Sabe Dios.

¿Cree que el cáncer tendrá cura algún día?

Sí, de hecho hoy podemos curarlo si se coge a tiempo. Pero en los casos del cáncer avanzado llegará el momento en que sea tratado como una enfermedad crónica más, con la que el paciente tendrá su medicación y podrá vivir y luego morir de otra enfermedad.

El urólogo, segundo malagueño miembro de la Academia

El doctor Pedro Torrecillas, urólogo malagueño con más de 25 años de experiencia profesional, será el segundo profesional de la provincia que entre a formar parte de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, después del pintor Eugenio Chicano. Desde el pasado 6 de junio será incluido en las futuras asambleas y sesiones de trabajo, así como en los ciclos de formación, conferencias internacionales y simposios de divulgación científica y social que se celebran durante todo el año en diversos puntos del mundo.