­El futuro de Limasa a partir de 2017 estaría prácticamente decidido. A falta de detalles menores y de segundo nivel, el Ayuntamiento y las tres empresas privadas que conforman el actual 51% de la sociedad (Fomento de Construcciones y Contratas, Urbaser y Sando) habrían configurado en las últimas semanas cómo será la nueva empresa de limpieza y diseñado el modelo de gestión que regiría a partir de entonces, según la información recabada por La Opinión de fuentes de la dirección de Limasa y de los sindicatos. El concurso público que se abra para adjudicar el servicio ofrecería el ropaje normativo para arropar legalmente este engranaje urdido de antemano.

En sus puntos fundamentales Limasa quedaría a partir de 2017 de la siguiente manera. La empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), hegemónica respecto a las otras dos, sería la adjudicataria del servicio de limpieza y de recogida; Urbaser obtendría la gestión del Centro Ambiental de los Ruices (CAM), que lleva el servicio de tratamiento, y Sando se adjudicaría el servicio de limpieza de playas, que se desgajaría del de limpieza

En cuanto al modelo de gestión se irá a la privatización total del servicio. Se desecha la fórmula de empresa mixta que ha regido hasta ahora con participación social del Ayuntamiento y se descarta igualmente la municipalización de la empresa por su coste laboral. El concurso que se abra será para que las empresas adjudicatarias obtengan la concesión del cien por cien del servicio.

La fórmula, según la información obtenida, es «muy satisfactoria» para las cuatro partes, incluido el Ayuntamiento, y «la mejor posible» frente a otras soluciones que se barajaron como dividir la ciudad en tres zonas y adjudicar cada una a una empresa o la de dividir la empresa y separar los dos servicios fundamentales -limpieza y recogida-, algo que también se descarta y se optaría por desmembrar sólo servicios de menor repercusión como playas o tratamiento.

En primer lugar esta fórmula de reparto contenta a FCC, que se adjudicaría los dos servicios fundamentales de la empresa (recogida y limpieza), y además lo haría en solitario cumpliéndose así los deseos expresados por directivos de la empresa de no querer compartir la prestación del servicio con otro socio, como hasta ahora.

Urbaser también queda satisfecha pues corría el riesgo de quedarse fuera -por las presiones de FCC- y optará a la adjudicación del Centro Ambiental, un servicio, por lo demás, sin graves conflictos.

El tercer socio actual, Sando, que en estos momentos tiene una participación en torno al 10% en Limasa, cubriría también sus expectativas al poder mantener su presencia optando al servicio de limpieza de playas.

Por último, en el Ayuntamiento también habría satisfacción pues se configura un modelo que permite dar juego a las tres empresas actuantes en Limasa, sin conflictos y permitiendo así que los servicios esenciales (recogida y limpieza) sean adjudicados y gestionados por un único concesionario.

La fórmula adoptada contempla en principio -aunque se podría cambiar- licitar un único concurso que tendría tres lotes diferentes: playas, planta de tratamiento y en tercer lugar recogida y limpieza. La idea es que cada empresa presente su mejor oferta al lote donde aspira a obtener la adjudicación y las otras empresas presentarían ofertas menos aceptables, con el fin de no perjudicar a la favorita.