­En son de paz llegó el primer balance entre PP y Ciudadanos en la Diputación. Decía el famoso general militar chino Sun Tzu en su manuscrito El Arte de la Guerra, plasmado en una plantilla de bambú, que había que mantener cerca a los amigos pero, más aún, a los enemigos. A juzgar por la vivido hasta el momento, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y el portavoz de Ciudadanos en la institución, Gonzalo Sichar, no sin ni una cosa ni la otra. Con toda una legislatura por delante ambos dirigentes comparecieron ayer para hacer balance de los primeros 100 días del acuerdo de investidura que se fraguó entre ambas formaciones tras las pasadas elecciones municipales.

Un balance rebosante de optimismo y apuntalado en el convencimiento de que los avances logrados hasta el momento han sido decisivos para colocar a la institución en esa senda de transparencia y de buen gobierno que reclaman los nuevos tiempos políticos. Según Elías Bendodo, responsable último al frente de la Diputación, el error hasta ahora no fue que cada uno mirara para su lado, como que eso desencadenó en una oposición instalada en una campaña de bloqueo constante. Ya, sin el famoso rodillo de la mayoría absoluta, la mejor herramienta para restar a todo y a todos, Bendodo dijo ayer que la valoración de sus primeros 100 días en minoría tenía que ser positiva y que había servido para hacer de la Diputación una institución «más funcional y al servicio de los ciudadanos». Sobre los ejes básicos en torno a los que pivota el binomio, Bendodo destacó la «gestión» y el «consenso». Mirando a las elecciones generales, el presidente de la Diputación puso como ejemplo el actual acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos para defender que los populares tiene que mostrar cintura para llegar a acuerdos con todos los partidos. «Está claro que estamos inmersos en un nuevo tiempo político y social. Las mayorías absolutas se han cambiado por mayorías de diálogo y de consenso. Juntos crecemos y somos mejores, por eso tenemos que tener capacidad para llegar a acuerdos con todos», aseguró.

Hitos de los primeros 100 días. Bendodo es consciente de que en estos cuatro años su principal aliado tiene que estar en Ciudadanos. Seguramente, la principal razón por la que todavía no se le ha escuchado elevar el tono contra la formación naranja, más allá de puntuales pellizcos de seda. Instalado en una continua actitud de adulación, resaltó como grandes hitos el acuerdo global alcanzado para los antiguos planes de concertación y las gestiones realizadas por la diputada de Ciudadanos Teresa Pardo, en última instancia la gran responsable de resolver el desaguisado del Chare. El mejor golpe para Bendodo es mantener cerca a la formación naranja. Aunque dejó caer ayer de soslayo la posibilidad de que entraran a formar parte del gobierno -ya van varios intentos-, todavía no cuelgan pósters de él en las oficinas de Ciudadanos.

Sichar, entre tanta purpurina, también habló de puntos negros en el balance. Así, su formación se queja de que el ratio de funcionarios entre los puestos de gerencia sigue sin ser el deseado por Ciudadanos. «A día de hoy, sólo uno de cuatro gerentes es un funcionario», apuntó Sichar. También advirtió de que todavía no se han dado los pasos destinados a comenzar la experiencia piloto de fusionar dos ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes. En el balance positivo, desde que Ciudadanos accediera a la Diputación, la reducción de cargos de confianza, la fusión de la Térmica con el Centro Cívico y los primeros pasos hacia la creación de una banca ética. En cuanto a la transparencia, uno de los principales caballos de batalla para Ciudadanos, Sichar se mostró ciertamente satisfecho, aunque matizó que se está «yendo más lento de lo que nos gustaría». Con toda la legislatura por delante, Sichar valoró que se hayan cumplido la mayoría de medidas.