Las exigencias económicas impuestas por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la presión de la empresa concesionaria, que busca el equilibrio en la explotación con este trazado, han tenido que decantar el cambio de opinión drástico de Francisco de la Torre, que ayer dio marcha atrás y se mostró partidario de intentar convencer a los vecinos de Bailén para acometer el proyecto del tranvía hasta el Hospital Civil, cuando hasta anteayer defendía lo contrario y que nada se haría sin el consenso vecinal. De momento, , aparcará sus propuestas de acercar el metro hasta el PTA, como venía abanderando en las últimas semanas, vista la oposición frontal de los colectivos y asociaciones vecinales de la zona.

Como si fuera un dejà vu, dos años después de alcanzar un acuerdo in extremis, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga se volvieron ayer a reunir para resolver, otra vez, el futuro del suburbano al Civil. Y el encuentro, de casi dos horas de duración, «muy necesario y útil» según destacaron las partes, sirvió para acordar que ambas administraciones intentarán persuadir a los vecinos de las barriadas afectadas de que este proyecto «es una oportunidad más que una amenaza», utilizando las palabras del consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López. Lo que obliga a De la Torre a rectificar su posición, a colaborar como un aliado y a desdecirse de las promesas hechas a los vecinos y comerciantes de Bailén.

Tras la reunión de seguimiento de la Comisión Mixta del Metro, tanto el consejero como el regidor informaron de este acuerdo. Cierto es que, como lamentó De la Torre, en estos dos años se podía haber trabajado mucho más. «Lo he echado de menos», insistió el alcalde. La ruptura del pacto de gobierno en la Junta entre PSOE e IU (que en la pasada legislatura llevaba la responsabilidad de la Consejería y, por tanto, de esta infraestructura), la convocatoria de autonómicas y la posterior celebración de municipales ha aletargado el procedimiento, mientras se seguía, al menos, avanzando en el proyecto de llevar el metro subterráneo hasta la Alameda.

«Se contaba con poca información», coincidieron tanto López como De la Torre, dispuestos a revertir el rechazo vecinal. Las reuniones con los responsables de las asociaciones no se va a demorar. Pero claro, aquí el consejero hiló fino: ¿Quiénes son los vecinos? ¿Cómo se arrogan la representatividad? ¿Un grupo de vecinos de Bailén pueden condicionar el futuro de un proyecto de ciudad? De este modo también lanzó un aviso a navegantes. «Estoy tan convencido de las bondades del proyecto y de los argumentos que les vamos a convencer», señaló López, aludiendo a razones de sostenibilidad ambiental, seguridad en el transporte y desarrollo de ciudad. «No es un proyecto en contra de los vecinos ni del Ayuntamiento, sino que pretende mejorar la movilidad», defendió el consejero, poniendo en valor su «rigor» y advirtiendo de «las repercusiones negativas» de cara a la concesionaria y al BEI que conllevaría no acometer la prolongación de la línea 2 del metro al Hospital Civil.

Serios, seguros y solventes. Y es aquí donde se entienden también los esfuerzos de De la Torre por trasladar una imagen de «seriedad, seguridad y solvencia», que hace que el Ayuntamiento se convierta en un «aliado absoluto» de la Junta para convencer a los vecinos de Bailén-Miraflores de lo positivo del metro en superficie y para no generar inseguridad de cara a los terceros. El propio alcalde reconoció ayer que ha mantenido contactos con responsables del BEI durante este fin de semana.

En todo caso, tanto la Junta como el Ayuntamiento sostuvieron que «queremos convencer, no imponer» aunque aquí hizo más hincapié De la Torre, ya que López no contempla, en principio, otro escenario posible porque «tenemos suficientes argumentos». «Es obvio que ninguna administración quiera hacer cosas sin la opinión favorable de los vecinos afectados. No estaremos en ello y la Junta tampoco», reiteró el alcalde, quien se felicitó de que por fin exista «voluntad de compartir las explicaciones del proyecto y convencer. Es lo que se tenía que haber hecho en estos dos años», agregó.

Tras la reunión, sin embargo, vecinos y comerciantes del distrito de Bailén-Miraflores advirtieron a la Junta y al Ayuntamiento de que «no nos van a convencer» de que el metro en superficie hacia el Hospital Civil conlleve ventajas para la zona. «Positivo para nosotros no es, no tiene ninguna ventaja», señaló a Europa Press el presidente de la Asociación de Vecinos de Gamarra, Guillermo Jáuregui, quien comunicó que hoy se va a constituir una plataforma en contra del tranvía.

El tramo hasta el Civil tiene un trazado de 1,8 kilómetros desde la plaza Albert Camus hasta el final de Blas de Lezo, recorriendo parte de Armengual de la Mota, Hilera, Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo. El proyecto inicial prevé una inversión que ronde los 41 millones de euros, de los que el grueso se irán para construir los 510 metros de túnel y 130 metros de rampa entre Albert Camus y la calle Santa Elena. Es un tramo clave para asegurar un equilibrio en la explotación del metro, al asegurar los 21 millones de pasajeros al año y compensar la pérdida de viajeros por no llegar a La Malagueta.