El Gordo llegó a Villanueva de la Concepción pasando por Roquetas de Mar (Almería) para cambiar la vida de los habitantes del municipio 101 de la provincia. Y todo gracias a un número del Sorteo de la Lotería de Navidad, el 79.140, el agraciado con el Primer Premio. Un viaje de un grupo de 54 jubilados y unas cinco parejas de Colmenar al municipio almeriense, a principios del pasado mes de noviembre, ha modificado el rumbo y hecho historia en este pequeño pueblo que, cómo no, estos años también se ha visto azotado por la crisis y cuya economía gira en torno a las cooperativas textiles en las que trabajan principalmente mujeres.

El viaje a Roquetas supone cada año un esfuerzo económico para muchos vecinos jubilados de Villanueva. Es el caso de Paco El Gato, un vecino que pidió un préstamo de poco más de 500 euros para sorprender a su mujer con un cambio de aires por unos días. De allí se trajeron dos décimos que hoy son la promesa de una vida mejor: «Taparemos boquetes y liquidaremos las hipotecas de mis hijos». Ojo, que muchos de los viajeros dudaron en comprar el número de la suerte: les desagradaba a la mayoría pero, al final, desistieron del plan B de adquirir décimos en Almería capital. Eso es la suerte.

El número «acabado en cero» fue elegido por la teniente de alcalde, Inma Arrabal, quien al igual que sus padres y suegros también ha sido agraciada. «Estas personas mayores han traído la vida a este pueblo. Cada una ha traído entre dos y tres décimos», indicó Arrabal ayer en un día de euforia que congregó a cientos de vecinos en la Plaza de Andalucía. No obstante, alguna de las parejas de jubilados ha traído varios millones de euros en sus maletas. «Me alegro porque hay mucha gente necesitada y ha sido un premio muy repartido», subrayó.

Premio que no solo ha tocado a las familias que viajaron a Roquetas de Mar, sino que también, por encargos, ha recaído en una pareja de Almogía o en dos trabajadores de Antequera.

Para tocar, ha tocado hasta al alcalde del municipio, Gonzalo Sánchez. Concretamente el premio ha recaído en su madre, Lola, quien a pesar de borrarse del viaje a última hora hizo el encargo del décimo para Navidad. «Estamos pletóricos porque el pueblo lo necesitaba. Estoy que no me lo creo. Yo estuve allí y no compre, pero estoy contento por ellos», indicó el regidor.

Historias. El Sorteo de Navidad es un caleidoscopio de alegrías e historias. Por ejemplo, la de Francisco José Moreno Arrabalí, que destinará el premio alcanzado a mejorar la vida de sus tres hijos y «a una casa en la playa». O la del monitor de gimnasia de los mayores, Felipe Gómez, que les acompañó en este viaje como en otros tantos ha sido otro afortunado: «Siempre compramos todos un número y por primera vez nos ha tocado a todos. Estamos muy contentos. Yo ayudaré a mi hermana y seguiré trabajando en este pueblo en el que me siento muy a gusto», señaló.

Asimismo, una de las cooperativas textiles se ha llevado un piquito repartido entre 40 trabajadoras que poseían dos décimos. Ana Muñoz, una de las afortunadas asegura que van a pasar «las mejores navidades de nuestras vidas».

Antonia González, jubilada de 67 años, bromea con mucho tino: «Ya que dicen que los gordos no se llevan estos gordos se llevan». Recuerda un viaje muy «divertido» y asegura sentir «mucha alegría». El premio lo repartirá entre sus familiares más necesitados.

Por su parte, Eulalia Jiménez, vecina de la Plaza de Andalucía ha sido agraciada junto a sus dos hijos y prevé la remodelación de su casa en el campo. Sueños como éste serán pronto realidad en Villanueva de la Concepción. Como por ejemplo el de Josefina y Manolo, conocidos como la Familia Porras y que regentan un pub: no pudieron asistir al viaje porque Manolo se operaba aunque decidieron hacer el encargo. Josefina comenta entre risas de nerviosismo y alegría que después de 21 años con el negocio contratarán a gente para poder descansar y disfrutar de los suyos durante la Navidad. Y anuncia: «Invertiremos en educación. Llevaremos a mis nietos al mejor colegio».

Otra que no fue al viaje y también encargó el décimo es Isabel Ligero, que apagará los rescoldos de las hipotecas de sus dos hijas y celebrará la Navidad «por todo lo alto».

Todos sonríen hoy todavía sin creerse la fortuna que ha caído en sus vidas. Aseguran que no son ricos, pero que El Gordo supondrá un alivio para poder seguir caminando en un futuro tan incierto como el que sigue esperando a tantos.