Desde octubre hasta la fecha el Ayuntamiento lleva aplicados 32.000 litros de insecticidas sólo en los Pinares de San Antón, el Monte Gibralfaro, el Monte Victoria, el Parque del Morlaco y el del Lagarillo Blanco, pinares densos en donde la procesionaria abunda de forma inusitada, tristemente famosa por las reacciones alérgicas que puede provocar no sólo tocarla sino aspirar la pelusilla que cubre su cuerpo.

«Normalmente veíamos las bolsas de orugas en los pinos a finales de febrero o principios de marzo, pero como este otoño no ha llovido nada se han formado muy rápido», comenta a La Opinión Javier Gutiérrez del Álamo, director de Parques y Jardines, que explica que tiene llamadas de vecinos alertando de los nidos de la procesionaria «desde principios de enero».

Lo habitual era que el Ayuntamiento aplicara un tratamiento preventivo en los pinos de Málaga fumigando con insecticida entre octubre y noviembre «y en algunas zonas parece que ha funcionado y en otras no». El insecticida en principio evita que la larva se forme en el árbol y construya los nidos y sólo era a final de febrero cuando se aplicaba el llamado tratamiento curativo: eliminar también con insecticida al insecto y de paso retirar los nidos más cercanos. «Los nidos que están muy altos no se quitan, pero estos insecticidas matan el bicho. Lo que pasa es que la gente, al ver los nidos que no se han retirado, piensa que todavía puede estar dentro la oruga, cuando en muchos casos ya se ha muerto», precisa.

Según los datos de Parques y Jardines, entre los distritos de la Cruz del Humilladero y la Carretera de Cádiz se han fumigado entre octubre de 2015 y estos primeros días de febrero de 2016 un total de 372 pinos en tres ocasiones. Mientras que los datos para el Centro, Ciudad Jardín y Málaga Este se refieren a los litros de insecticidas aplicados desde octubre: casi 60.000, aunque no se contabilizan actuaciones por avisos vecinales en las últimas dos semanas en 14 puntos de estos tres distritos.

Las cifras de Teatinos, Bailén-Miraflores, Campanillas, La Palma-Palmilla, Churriana y el Puerto de la Torre destacan el tratamiento preventivo en otoño a 405 pinos y curativos en varios puntos de estos distritos, entre otros numerosos colegios públicos y una zona de Colmenarejo que esta misma semana fue noticia por las quejas de la asociación de vecinos, que denunciaba que la plaga había invadido la plaza principal de este barrio de Campanillas y el patio del hogar del jubilado.

También esta semana la asociación de vecinos de Campanillas pidió a la Policía Local que vallara un parque infantil junto al colegio Francisco de Quevedo por la presencia de procesionarias.

«Al final la policía sólo valló el columpio. Un montón de niños tuvieron que ir al centro de salud», recuerda la presidenta vecinal Carmela Fernández, que critica que el Ayuntamiento está actuando «de forma muy lenta» y recuerda que el 21 de enero ya envió un escrito sobre el parque infantil al distrito.

Por su parte, Ana Vigar, la presidenta vecinal del Cerrado de Calderón, una urbanización con mucho pinar, cuenta que el Ayuntamiento ha fumigado pero «puede hacer mejor las cosas».

A este respecto, Gutiérrez del Álamo destaca que el Consistorio también ha apercibido a numerosos privados a fumigar y recalcó que con este invierno tan suave «todas las plagas» y no sólo la de procesionaria, «han cogido mucha fuerza» como la de la cochinilla algodonosa, la de las chumberas o la de los plátanos. La procesionaria, eso sí, se adelantó bastante a las procesiones.