­La Asociación Española de Pediatría (AEP) alerta de que cerca del 12% de los niños de 5 a 14 años no realiza ningún tipo de ejercicio físico pese a los múltiples beneficios que tiene para la salud, y lamentan que esta falta de actividad aumente en la adolescencia y afecte a cerca de la mitad de los jóvenes de 15 a 24 años. Los pediatras recuerdan que la incorporación del ejercicio en la rutina diaria de la infancia mejora la condición física, cardiovascular y ósea, el rendimiento escolar y el estado anímico, al tiempo que reduce el riesgo de obesidad y de enfermedad por cualquier causa en edades más avanzadas.

De hecho, en su web «EnFamilia» la AEP recomienda al menos una hora de actividad con intensidad moderada o alta, principalmente aeróbica y con ejercicios de fuerza en algún momento de las semana.

Así, aconsejan combatir el sedentarismo con actividades al aire libre que varíen desde caminar rápido, montar en bicicleta, monopatín, patinar, correr, deportes como el hockey, baloncesto, natación, tenis o fútbol, entre otros.

En el caso de los bebés, la actividad física quiere decir que se les deje mover los brazos y las piernas mientras están acostados en espacios libres, lo que incluye buscar y coger objetos, girar la cabeza hacia los estímulos, tirar, empujar y jugar con otras personas, patear, gatear, ponerse de pie, arrastrarse y comenzar a andar.

Cuando ya saben andar, la AEP recomienda estar físicamente activos al menos tres horas al día, ya que a esta edad tiene más valor el tipo de actividad física que la intensidad y puede incluir andar, ir en bicicleta, columpiarse o sesiones con más gasto energético, como puede ser correr, juegos de pilla-pilla, saltar, actividades con pelotas y ejercicios en el agua (bañera o piscina).

Los pediatras aconsejan minimizar el tiempo que pasan los menores frente a la televisión u otras pantallas (móviles, videojuegos, ordenadores, etcétera) y defiende que no sobrepase la hora al día en niños de 2 a 4 años o las dos horas en niños de 5 a 17 años.