Hace unas semanas mi mujer y yo visitamos en el Clínico a José Antonio Moreno Márquez. Le llevamos un precioso libro de arquitectura (una de sus grandes pasiones, con las que, como era habitual en él, tenía sus disputas) pero, sobre todo, quisimos traerle un poco de suerte para que salvara una segunda e inesperada hospitalización. No fue así: esta madrugada ha fallecido el que, para mí, era uno de eso que se da en llamar "fuerza viva" de la ciudad. Porque José Antonio, para muchos @jammarq, su cuenta en Twitter, donde era seguido, admirado y, cómo no, discutido (lo que le gustaba una batalla dialéctica), integraba esa conciencia crítica, dura y exigente que Málaga necesita más que nunca.

Tengo en casa, bien enmarcados, sus bocetos de la ilustración que realizó para este periódico a propósito de un artículo sobre ´La metamorfosis´, de Franz Kafka. Reflejan muy bien, de alguna manera particular, a José Antonio: un intelectual (sobre todo arquitecto pero columnista, ilustrador, opinador incansable) de exquisitas formas, de maneras intachables pero bajo el cual palpitaba un hombre volcánico, hasta salvaje. Para mí, ése es su verdadero legado, más allá de los trabajos arquitectónicos (que siempre consideró encargos y más identificativos de sus clientes que de su autor): su pasión sobre las cosas y su perspectiva radical, siempre valiente e inconformista. Tenías tanta mala leche, José Antonio. Pero es que a veces la realidad, lo que ocurre a nuestro alrededor, nos mueve necesariamente a eso: a contestarla con un grito de rabia y de mosqueo.

Nunca olvidaré ese café en La Cosmopolita que nos tomamos hace un tiempo y en el que, después de años de contacto online, nos desvirtualizamos, nos conocimos en persona. Tengo que decirte que Internet no te hacía justicia: jammarq era mucho menos interesante que José Antonio. Hoy miro tus bocetos de ´La metamorfosis´ y te deseo una feliz transformación en lo que quieras ser.

Descanse en paz.