En la calle Sierra de Gata, en la urbanización Cortijo de Maza, en Churriana, no hace falta asomarse a la ventana para saber si lloverá, porque desde hace años la lluvia se presenta con puntualidad británica para inundar las casas en cuanto caen más de tres gotas.

«Lo que está ocurriendo desde hace muchos años es una barbaridad», resume Rosa Anaya, presidenta de la asociación de vecinos de Cortijo de Maza. La dirigente vecinal explica que la calle Sierra de Gata se encuentra a un nivel más bajo que la paralela, la calle Ramón Ramos, «y como llueve en dos minutos de la forma que llueve, viene como un torrente e inunda todo».

En concreto son cinco casas las más perjudicadas por las inundaciones periódicas, hasta el punto de que algún vecino ha llegado a colocar en las puertas una chapa de aluminio en la parte inferior, «porque las puertas las tenía podridas», detalla la presidenta, que explica que tantos años de inundaciones «hacen que poco a poco el agua y la humedad se vayan metiendo y vayan dañando las casas».

Dos circunstancias empeoran la situación de la calle y provocan que la lluvia tenga efectos más dañinos: la vecindad con el campo, en concreto con la Realenga de Maza, dependiente de la Junta de Andalucía y una red de aguas pluviales escasa en toda la urbanización, lo que se evidencia en muy pocas arquetas que absorban la lluvia. «En la calle Ramón Ramos no tiene y en la calle Sierra de Gata hay una y en la parte del campo dos y una no absorbe», cuenta Rosa Anaya, que destaca que por eso «el agua danza por su cuenta».

Entre las soluciones temporales, los vecinos lograron que se levantara al otro lado de la calle un murete para frenar algo las aguas pero como explica la presidenta, «si alguna vez el agua viniera con mucha fuerza haría de dique porque no tiene boquete».

Como detalla Rosa Anaya, la Gerencia de Urbanismo tiene proyectado un badén de hormigón con mallazo de acero para desviar las aguas a la Realenga de Maza y evitar que bajen a la calle Sierra de Gata. El problema está en que la Junta tiene que dar permiso a la obra y se hace esperar.

«He hablado con la Junta, hace dos semanas me dijeron que tenían que mandar a un técnico para ver y Urbanismo mandaría a otro», señala. La presidenta vecinal destaca que desde el 1 de julio «la Junta sabe esto, pero nadie lo ha autorizado todavía». Rosa lamenta la lentitud de la administración autonómica, por eso ha llegado a contactar con la secretaria de la presidenta Susana Díaz, para transmitirle la queja. «No puedo tener a los vecinos mirando al cielo. No entiendo que para algo tan simple como una firma tenga que venir una persona. Son ganas de no hacer las cosas y poner impedimentos», subraya.

Ayuntamiento. Este periódico intentó ayer contactar con algún responsable de la Delegación de Medio Ambiente, sin resultado. Sí respondió la concejala de Churriana, María del Mar Martín Rojo, que indicó que se trata de un problema «de muchos años» y que incluso antes de que se hiciera cargo Urbanismo, el distrito había reservado una cantidad para la solución técnica. «No puedo solucionar el problema porque la Junta no contesta, pero es que no puedo hacer una obra en una zona no municipal sin permiso». Además, alertó de que las compañías de seguros ponen cada vez más pegas a los vecinos al tratarse de daños «reincidentes». «Ojalá nos contesten rápido», dijo.