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Opinión

Médicos y ciudadanos: del mismo lado

"Los colegios llevan años recordando que se deben adoptar unos principios racionales de gestión"

Recientemente la ciudadanía se ha manifestado públicamente contra los recortes en materia de salud pública. Los indicadores de salud son los peores del Estado y los ciudadanos ya lo notan. El Colegio de Médicos de Málaga se ha posicionado reiteradamente a favor de mantener una financiación adecuada y un estilo de gestión que garantice el mejor nivel asistencial. La verdad es que los médicos han sido gravemente perjudicados en salario, horarios y libertad de prescripción para ahorrar, pero hace ya tiempo que el «talante» del Servicio Andaluz de Salud ha sido de menosprecio o indiferencia a la profesión como si la considerara contraria a sus intereses. Muchas cosas se hicieron sin pedirles opinión y así han salido. Incluso se quiso promover la extinción de los propios colegios de médicos suprimiendo la colegiación obligatoria para el ejercicio profesional.

También es cierto que las obligaciones éticas y morales de la medicina han estado siempre por encima de otros argumentos a la hora de reclamar derechos profesionales; la postura de los colegios de médicos ha sido siempre leal con la Administración y compatible con el firme ejercicio de sus reivindicaciones cuando algo no se creyó correcto. Sobre todo han sido críticos cuando se ve que se maquillan despidos y amortizaciones bajo el sofisma de fusiones mientras se mantienen empresas públicas dudosamente necesarias, no cesa el número de cargos de confianza o se intenta ahorrar en farmacia presionando la libre prescripción. Pero las asociaciones profesionales no son, ni deben ser, organizaciones políticas ni sindicales, aunque puntualmente coincidan en algún objetivo común. Por ello, ante las manifestaciones populares que tratan -así se dice- de salvar el sistema público de sanidad, es lógico que los representantes de la profesión estén de acuerdo con los enunciados generales. Quizá algunos quieran verlo como punto de confrontación. Por eso es conveniente no radicalizar posturas. Y para empezar, no descalificar las protestas como interesadas y sectarias, eludiendo enfrentarse con los hechos, que son contundentes. Los colegios profesionales llevan años recordando a los administradores públicos que se deben adoptar unos principios racionales de gestión para sostener el sistema de salud pública. Se debe dar a conocer sin demora cuál es realmente la situación contable y de recursos humanos, así como la previsión a corto y medio plazo. Lo que muchos nos preguntamos es si ya no se habrá pasado el punto de quiebra del sistema y que la Junta se vea obligada a una concertación en inferioridad de condiciones cuando pudo hacerlo con eficiencia.Los profesionales ya han hecho numerosas declaraciones y actos públicos cuando las cosas no iban por el camino adecuado. A nivel individual sin duda que continuarán por este camino, con la guardia alta. Y soportando los sacrificios a que la situación actual y su sentido de la ética les obliga.

Sus representantes no cejarán en la defensa de los principios de la profesión y su dignidad, en cuanto que ésta es la mejor garantía de servir a sus pacientes y a la sociedad.

*Bretón es Defensor del Colegiado del Colegio de Médicos de Málaga

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