A pesar de que Málaga es una de las ciudades con menor contaminación ambiental de Andalucía, el Ayuntamiento ,a través de sus áreas de Medio Ambiente y Nuevas Tecnologías, pondrá en marcha a partir de esta semana el proyecto Curmos (Correos Urban Mobile Sensor). La iniciativa, en la que también colaboran Correos y la empresa malagueña Urban Clouds, tiene como objetivo principal la elaboración de un mapa que permita conocer los niveles de contaminación del aire en las distintas calles y zonas de la ciudad para así, explican, poder ofrecer las mejores medidas medioambientales.

Lo harán a través de unos sensores creados por la entidad malagueña Urban Clouds. Los detectores se colocarán en 40 bicicletas de voluntarios seleccionados para comprobar la calidad del aire en la ciudad así como en los carros de varios repartidores de Correos. De esta forma, y a través de sus pasos, se podrán conocer cuáles son las calles más contaminadas o a qué hora y en qué días se dan unos mayores niveles de dióxido de carbono en el aire. «El reto de las ciudades es controlar la contaminación y las instituciones tienen la obligación de contar a los ciudadanos dónde están los niveles más altos de polución», apuntó el responsable de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento, Mario Cortés, que añadió que la iniciativa permitirá tomar medidas a un precio más bajo que las actuales estaciones meteorológicas que existen en la ciudad y con un mayor nivel de precisión y detalle. Además, explicó que a pesar de ser una prueba piloto, el Ayuntamiento pretende que la iniciativa tenga vocación de continuidad en la ciudad.

Medir el dióxido de carbono que hay en el aire , los niveles de ozono o el control de algunos gases irritantes serán algunas de las funciones de estos detectores que ocupan un tamaño similar a la palma de una mano.

«Vamos a tener en pocos meses un mapa de la ciudad donde estén todos los parámetros y tras ello tomaremos medidas trasversales para mejorar estos datos», apuntó el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez. Fomentar el uso del transporte público o proponer algunas vías alternativas de tráfico serían algunas de estas soluciones, según el edil, que añadió que no se adoptarán medidas radicales como cortar el tráfico, tal y como ocurrió en Madrid. Asimismo, el responsable de Medio Ambiente insistió en la importancia de la idea. «Actualmente, la mayoría de las medidas están centradas en la disminución del CO2 , sin embargo, es el momento de que luchemos contra los gases que respiramos a diario sin dejar de lado la lucha contra el efecto invernadero», afirmó.

Curmos se compone de tres fases. La primera de ellas, que tiene una duración aproximada de tres meses, consiste en la entrega de 40 dispositivos a ciclistas voluntarios para recoger datos cualitativos sobre la calidad del aire. En la segunda parte de la iniciativa se incorpora Correos, cuyos trabajadores portarán algunos de estos detectores durante seis meses con el objetivo de ofrecer los datos cuantitativos del proyecto. En este sentido, el subdirector de Innovación de Correos, Jordi Escruela, y el director territorial de Correos en Andalucía, José Luis Prados, aseguraron sentirse satisfechos con la participación en el proyecto y destacaron la buena acogida de algunos de los 15 trabajadores de la zona de Capuchinos, principalmente, que ya portan estos sensores. La tercera y última fase consiste en elaborar un informe con conclusiones sobre el estado de la situación de la ciudad sectorizado por zonas, así como un listado de acciones para la mejora de la calidad del aire en las zonas del estudio.

Por su parte, el director ejecutivo de la empresa Urban Clouds, Daniel Caro, explicó que los malagueños ya pueden descargar en sus teléfonos la aplicación Appmosfera a partir de la cuál podrán colaborar en la elaboración del mapa de contaminación de la ciudad.