Después de cinco horas de pleno, la Diputación se ha decidido por fin a abordar el último punto en el orden del día, y que más interés suscitaba de antemano: el futuro del Museo Taurino de Juan Barco y su inminente desalojo, al menos, en teoría. Consagrado como uno de los grandes asuntos de discordia en los últimos meses, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, ha tomado hoy por primera vez la palabra para hacer una valoración en profundidad sobre este asunto, admitiendo que se trata de un "proyecto fallido". "El titular del espacio tiene que pagar unas contraprestaciones y no lo ha hecho", ha añadido, no sin defender la gestión del equipo de gobierno del PP, asegurando que se está actuando de acuerdo con la ley. En este sentido, ha asegurado que se están cumpliendo los procedimientos para expulsar a Barco y que la Diputación va a ser tajante: "Aquí, el que no paga se tiene que ir. Estamos en manos de la casa y esto tiene una solución jurídica".

Unas explicaciones insuficientes para los grupos políticos que conforman la oposición, que ha criticado en bloque la gestión realizada por el equipo del gobierno en este asunto. Con más rotundidad, se ha expresado el portavoz del PSOE, Francisco Conejo, asegurando que se podría estar ante un caso de "prevaricación omisiva". "¿Qué gestión ha hecho el equipo de gobierno del PP desde que supo que el señor Barco había arrendado a terceros el restaurante de la terraza y los bajos del edificio para una tienda?", se ha preguntado Conejo. Anteriormente, el diputado de Cultura, Víctor González, ya había intervenido a petición del grupo socialista y ha vuelto a defender que se están cumpliendo los plazos de notificación que marca la ley. En este sentido, ha asegurado que Barco tendrá que desalojar de forma definitiva el Museo Taurino a "principios de julio". Cierto es, que a día de hoy, desde la propia Diputación, nadie se atreve ya a dar una fecha exacta dadas las experiencias acumuladas