El que fue presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, no estuvo fino en sus promesas. El metro de Málaga iba a estar en servicio en 2009 y con un coste de unos 400 millones de euros en su construcción. Desde entonces el presupuesto casi se ha duplicado y se han incumplido todas las promesas de inauguración, salvo la apertura parcial en el verano de 2014. Casi una decena de consejeros a cargo de la cartera de Fomento han fracasado a la hora de encarrilar de forma definitiva el proyecto. Las gestiones de Elena Cortés y Felipe López en los últimos años han puesto algo se sentido común al proyecto, asegurando la financiación, limitando los sobrecostes y ofreciendo alternativas a un trazado original que iba camino de hundir todo el proyecto por los altos costes. Sin embargo, los plazos se siguen alargando. Desde que aseguró que 2018 era la fecha definitiva de inauguración, los plazos se han ido deslizando poco a poco hasta llegar a 2020 y siempre pensando en el servicio, porque quizás las obras complementarias se alarguen a 2021.

Quizás sea el año 2020 -que tiene su mística por la coincidencia de cifras- el definitivo para disponer del metro hasta el Centro, aunque siguen siendo muchos los condicionantes que determinará la fecha de inauguración. La consejería, de hecho, trabaja ya con ese ejercicio como horizonte para la puesta en servicio. La realidad de las obras y los problemas acumulados en el tramo bajo la avenida de Andalucía, le han hecho desistir del comienzo de 2018, apurando al máximo el periodo transitorio sobre el que se fundamentan las cuentas del metro para evitar más sobrecostes.

Sin embargo, se llegará a 2020 raspando. Las obras del tramo bajo la avenida de Andalucía, que debía de estar terminado en 2010, se retomarán a comienzos de 2018, una vez que se adjudique el proyecto para completar estos trabajos. Son 22 meses de plazo de ejecución, lo que sitúa el final de las obras a principios de 2020, si no hay imprevistos. A partir de ahí quedarían varios meses para terminar la instalación de los sistemas de señalización, catenarias y dispositivos para organizar el tráfico. Luego queda hacer pruebas de la vía y completar la construcción de la estación ‘Guadalmedina’, en la plaza de Manuel Alcántara.

En resumen, para el último tramo de 2020 podría entrar en servicio esta parte y la de la Alameda, que avanza a buen ritmo pero con la apertura vinculada a la ejecución del túnel del metro hasta el Guadalmedina.

La consejería de Fomento ha buscado una opción alternativa a disponer de toda la obra completada antes de poner en servicio el metro al Centro. Dejará la estación ‘Guadalmedina’ cerrada mientras se terminan las obras, de forma que el metro llegue a la Alameda en 2020, cumpliendo así el compromiso con la concesionaria y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y evitar penalizaciones que eleven la factura anual de unos 70 millones de euros.

Con esa solución intermedia, la consejería de Fomento espera resolver el constante incumplimiento de fechas de apertura y el encarecimiento que ha ido provocando. Así, la apertura de la estación ‘Guadalmedina’, situada entre ‘El Perchel’ y ‘Atarazanas’ se podrá realizar sin problemas en 2021, completando el tramo hasta el Centro y multiplicando las posibilidades, al conectar un entorno muy comercial con el resto de la red de metro y abriendo la vía a continuar hacia el norte.

La incógnita al Civil

El tramo del metro hasta el Hospital Civil sigue siendo una incógnita. La consejería de Fomento tiene muy avanzados los trámites previos a que el Consejo de Gobierno apruebe la licitación de la obra. Será en ese momento cuando el Ayuntamiento de Málaga tenga que pronunciarse oficialmente a favor o en contra del proyecto. La decisión municipal será clave por dos aspectos. El primero porque indicará a la consejería de Fomento si será posible ejecutar la obra comprometida y acordada inicialmente con el Ayuntamiento, pese a la oposición de un grupo de vecinos. El segundo elemento es clave, ya que en el caso de que el Consistorio bloquee de forma definitiva este proyecto, la postura municipal tendrá mucho peso en el apartado judicial, ya que serán los tribunales quienes decidan quién asume el perjuicio económico que supondrá la no ejecución del tramo.

En todo caso, hablamos de una obra de 24 meses de ejecución, que no debe tener demasiados problemas pues la mayor parte va en superficie. Sin embargo, el inicio de las obras no será antes del primer trimestre de 2018, lo que deja el final de las obras, otra vez, avanzado 2020 y con los remates y las pruebas pendientes. O estará en los tribunales.