Con motivo de su 25 aniversario, la Federación Provincial de Asociaciones de Mujeres Ágora lleva desde el pasado 9 de noviembre realizando ponencias sobre educación, salud, temas sociales y jurídicos relacionados con la igualdad de género. «Veo, actúo, cambio» es el nombre de este «feminario», denominación acuñada por las representantes de esta federación. Habiendo avanzado en igualdad de género, Pepi Sierra, la presidente de Ágora, expresa la necesidad de continuar luchando por este motivo ya que aún hay muchos aspectos que cambiar.

¿Con qué objetivo se ha planteado este «feminario?

Queremos educar tanto a jóvenes como adultos en el ámbito de la igualdad de género. La semana pasada fue nuestra primera ponencia y hablamos sobre educación. Con ella queríamos detectar y prevenir las violencias de género en la escuela y una de las cosas que detectamos es que esta desigualdad y violencia de género se produce cada vez antes en los jóvenes. De todas las ponencias queremos sacar conclusiones de cuáles son los principales problemas que hay que resolver en ese ámbito en concreto para después exponerlos ante las instituciones y ponerles solución. Lamentarse día a día sin hacer nada no es la solución, por ello nosotras practicamos el «¿qué podemos hacer? y ¿cómo lo podemos hacer?» a través de estas ponencias.

¿Considera que entre los jóvenes hay menos desigualdad de género?

Una de los temas a tratar en la anterior ponencia fue éste. Las profesoras que asistieron afirmaron que los jóvenes, de ahora a hace ocho años al menos, han retrocedido bastante en este tema. La problemática surge cuando además, al ser tan jóvenes, no tienen conciencia de que ciertos actos y actitudes fomentan esa desigualdad e incluso, a veces, se encaminan hacia la vía de la violencia de género.

¿Qué comportamientos son habituales en este sentido entre los jóvenes?

Comportamientos que ya conocemos bastante bien. Por un lado, a las chicas les suele atraer el «chico malo» y a ellos «la chica decente», prototipos que se les inculcan a través de diferentes redes desde muy pequeños. Por otro lado, existen comportamientos que pueden desembocar en violencia de género como los relacionados con los cuatro mitos del amor romántico. Entre ellos, los celos, la media naranja, amar es sufrir y el amor todo lo puede. No tienen conciencia que estas cuatro características no forman parte del amor. El posible acoso que ofrecen a su pareja o que su pareja les ofrece a ellos lo traducen en amor.

¿Cuáles considera que son los motivos de que los jóvenes hayan retrocedido en desigualdad de género?

Enciende la televisión. Introdúcete en internet y lo averiguarás. Las historias de amor que se venden en la televisión, internet y la literatura fomentan la desigualdad de género. Ellas consideran que deben comportarse de cierta manera para gustar a los chicos y los chicos consideran que deben reproducir también esos comportamientos que se presentan como «masculinos», para atraer al mayor número de chicas posible. Las historias de amor que se muestran son historias en las que el empoderamiento de la mujer suele verse rebajado.

¿Qué soluciones se plantean desde la federación ante estos comportamientos en los jóvenes?

Hemos detectado, por ejemplo, en esta última ponencia y creemos que será más beneficioso formar a jóvenes en este ámbito para que sean ellos mismos los que formen a sus compañeros. Consideramos que es más sencillo que se comuniquen entre ellos, sus iguales. Si proponen este tema como sugerencia entre ellos y hablan sobre el tema, tanto de violencia como de desigualdad, suelen entrar más en debate que con los adultos. Sin embargo, a veces, si se plantea desde la postura de una charla educativa más, suelen no atender de la misma forma.

¿Cree que está en manos de los jóvenes erradicar la desigualdad de género?

La solución para conseguir una igualdad de género futura sí, está en manos de los jóvenes. Aun así, cuando decimos educación, decimos educación para todos. No solo los jóvenes sino también los adultos. Lo que tenemos que hacer es hacerles entender que la igualdad nos favorece a todos, jóvenes, adultos, mujeres y hombres. No solo es algo positivo para nosotras, sino para todos. Los hombres también sufren desigualdad de género en otros muchos aspectos y esto les afecta de la misma manera que a nosotras, pero hay un ideal que camina por las calles y hace pensar a la sociedad que la desigualdad solo nos afecta a nosotras.

¿Considera que desde las aulas se realiza una buena labor de aprendizaje?

Sí. Desde las aulas se realiza una buenísima labor, el problema es que no podemos cargar las culpas a los educadores. Si un alumno es educado en igualdad de género en el aula, no tiene roles asignados por su género, pero llega a casa y se encuentra con la situación en la que su familia sí que tiene esos roles marcados, lo que aprenda en las aulas deja de importar. De ahí la importancia de educar a todos en general.

¿Qué otra característica considera que debe fomentarse entre las jóvenes?

Pues hemos observado que hay que empoderarlas en cuanto a economía. Aún hay algunos resquicios de dependencia económica del hombre. Hay que educarlas para que sepan que son independientes.