La soledad. Esa compañera a la que nadie quiere acompañar. Estar solo nunca ha sido plato de buen gusto para muchos, aunque otros la alaben bajo cualquier concepto. Sin embargo, y eso es algo que no puede cuestionarse, cuando se llega a cierta edad, la soledad no es bienvenida. Cuando los huesos y músculos dejan de ser los de antaño. Cuando el día a día se resuelve en estar frente a un televisor o en cama debido a las poca movilidad que se tiene. Cuando la familia ya no está cerca la vida se hace muy cuesta arriba para aquellos ancianos que viven solos y no tienen con quién intercambiar conversaciones acerca de como fue el día. Además, esta soledad no solo provoca un vacío interior en las personas, sino que además puede tener consecuencias físicas muy complicadas.

La soledad puede ser una realidad o tan solo un sentimiento. «A veces las personas mayores no tienen porqué estar solas para sentirse solas», apunta Estefanía Valladares, responsable del voluntariado de la Fundación Harena. Cuando se alcanza una edad muy avanzada, como es el caso de las personas que solicitan los servicios de compañía de este voluntariado, «la edad pesa» y «se sienten abrumados al comprender que no pueden hacer las mismas cosas que antes», apunta Valladares. En este sentido, la soledad les afecta tanto a nivel emocional, como a nivel físico.

«A nivel emocional se sienten más decaídos, sienten una gran tristeza e incluso en ocasiones, depresión ya que sienten que son pocos importantes», señala la responsable del voluntariado que además añade que «a nivel físico, no menos desdeñable, también existen consecuencias ya que se sienten menos ágiles por que la tristeza los lleva a moverse poco, no tienen ganas de arreglarse y tienen bajones físicos muy importantes».

Para evitar esa soledad, la Asociación Harena en Málaga ha creado un programa llamado Soledad 0, vida 10. Este proyecto está compuesto por 250 voluntarios que prestan su tiempo para hacer compañía a 1.000 ancianos malagueños en la actualidad. «Lo que predomina es una persona que vive solo que quiere a alguien para salir a pasear, charlar, sentirse arropado y poder crear su propio circulo social», asegura Valladares. Además, desde esta fundación no solo se realizan visitas del voluntariado, sino que también organizan actividades para que los ancianos se conozcan entre si. «Algunos viven cerca los unos de los otros y a veces no lo saben. Las actividades les vienen muy bien para crear un círculo de amigos que estén cerca de ellos». De esta forma, Valladares asegura que es «imprescindible» que las personas de esta edad estén acompañadas. «Sin compañía pueden tener accidentes, pueden sentirse tristes, sentir que ya nadie les quiere y eso puede derivar en problemas muy graves». En este sentido, el pasado lunes 26 fue hallado el cadáver de un anciano en Málaga. Éste vivía solo y su caso no es aislado. Durante el 2017, los bomberos atendieron al menos 400 casos de este tipo. «La compañía no solo les proporciona ocio, también están al tanto de la situación de los ancianos y procuran advertir a la fundación de cualquier necesidad que se les presente.

«La tercera causa de suicidio en Málaga es la soledad de los mayores», asegura Ruth Sarabia, directora general de Derechos Sociales, Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento. «Cuando llegan a cierta edad consideran que ya nadie les quiere y en muchas ocasiones tratan de suicidarse», apunta.En este sentido, desde la institución han creado una escuela de fortalezas personales para estas personas. «No ven sentido a su vida y desde este espacio les potenciamos todas sus habilidades y fortalezas para que puedan sentirse mejor y tener pensamientos positivos», asegura Sarabia.

Además desde la institución tienen otros proyectos dedicados a la tercera edad. De entre ellos destacan las ayudas económicas. «En cuanto al tema de dependencia si tienen algún tipo de problema económico o no pueden valerse por si mismos, desde el ayuntamiento enviamos ayuda a domicilio. Ponemos una persona que va a ayudarle con las tareas domésticas». Además existen líneas de ayuda que cubren alimentación, factura de la luz o de agua entre otros, «siempre que tengan una pensión contributiva ya que con ese dinero no es suficiente para llegar a fin de mes», explica Sarabia.

Málaga en cifras

Desde hace varios años se ha debatido sobre el hecho de que cada vez más personas de la tercera edad no viven atendidos por sus familiares, bien por decisión propia, o bien por imposibilidad de la familia. En el caso de Málaga, de los 572.267 habitantes de la ciudad, el 17% tiene 65 años y de estos, 23.668 viven solos. Estas personas se concentran sobretodo en el Centro (5.026), Carretera de Cádiz (4.977), Cruz de Humilladero (4.391) y Bailén-Miraflores (3.010). En contraposición , la zona con las cifras más bajas es Campanillas que se sitúa al final de la lista con 328 personas, según apunta un estudio realizado por el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento.

La vulnerabilidad de estas personas se ve condicionada por el nivel educativo . De esta forma, aquellos que tienen estudios secundarios o superiores son los que tienen un nivel más alto de protección, aunque solo representan el 30% del total. El 40% no tiene estudios y el 30% restante cuenta con una formación básica.