«El flamenco no tiene que ver con el lugar de nacimiento, tiene que ver con el corazón y con el alma», confiesa Silvia Rivera, de Ciudad de México. Silvia baila con duende en mitad de la calle Larios y tras 11 años de estudio con Winy Amaya -la sobrina de Carmen Amaya- reconoce que se atreve con la mayoría de palos del flamenco.

Estudiantes de flamenco de México fueron algunas de las 3.920 personas que este domingo han batido el Récord Guinness de personas bailando flamenco, una actividad incluida en el Seminario Internacional de Flamenco Ciudad de Málaga, que se celebra estos días, con México como país invitado.

«La calle tiene que estar abarrotada, apuntarse todo el mundo en las carpas», pedía media hora antes la bailaora Saray Cortés, subida a una tarima frente a calle Larios, muy cerca de la bandera de la plaza de la Constitución.

En una carpa en calle Larios el público se inscribe tras dar sus datos y ya puede sumarse al intento de récord, aunque sepa de flamenco lo mismo que de neutrones. En realidad, la intención es lo que cuenta, por eso entre los participantes hay mujeres con tacones al lado de otras con chanclas; alumnas de escuelas de baile junto a turistas alemanes con el sentido del ritmo de los masai.

Entre las que acuden con el traje reglamentario, el de faralaes, la cantaora y bailaora Paquita Peña, que señala que se suma a este espectáculo «porque al flamenco hay que apoyarlo mucho y no dejarlo caer».

En la tarima, junto a Saray Cortés, también dirige los ensayos Antonio de Verónica, que anima al público, cada vez más concurrido.

Al final, el intento de récord comienza con 20 minutos de retraso, a las 12.20. Lleno hasta un poco más de la calle Moreno Monroy. Todos están en sus puestos y comienza la bulería:

'Amargas son mis comidas:

Limones por la mañana,

limones al mediodía'.

La sensación de amargor pasa pronto: a los ocho minutos los organizadores ya saben que se ha batido el récord del mundo (la marca anterior la tenía Madrid con 3.665 personas). Lo que sigue hasta las 12.30, como no podía ser de otra forma, es una juerga flamenca.