«Esto es una ficción sobre un lecho de realidad a las finas hierbas», ironiza Emilio Torres.

No le falta razón a este economista jubilado, porque tanto ficción basada en hechos reales como toques de gastronomía pueden encontrarse en su primera novela, Para que nada cambie, que además, como reconoce el autor, «en cierto modo es un homenaje a mi amigo extinto Manuel Vázquez Montalbán».

Emilio Torres, nacido en Ceuta hace 69 años, lleva en Málaga desde los 17, cuando acudió a estudiar la carrera. Es uno de los fundadores de Izquierda Unida y en su profesión se ha volcado sobre todo en la economía social. Miembro del Partido del Trabajo de España en la clandestinidad, más tarde pasó al PCE y fue uno de los cofundadores de Izquierda Unida.

De toda esa experiencia política y de haber compartido mesa y mantel con su amigo Vázquez Montalbán, a quien sugirió que publicara un libro con las recetas de sus novelas de Pepe Carvalho, surge esta obra.

El escritor la enmarca «en la improbable categoría de la política ficción» y lamenta que este género no esté más en boga. «De la política se hace mucho humor, hay mucho Wyoming, pero desde el punto de vista literario, no».

El título, Para que nada cambie, recuerda a la famosa frase de El Gatopardo, la novela de Giuseppe di Lampedusa, en la que uno de los personajes aconseja: «Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie».

En el caso de la novela, lo que aparentemente cambia es el ciclo político, pues está ambientada a mediados de los 90, con el PSOE en declive y el PP en auge. «Tiene que ver con el sistema, representado por dos fuerzas políticas, aunque aquí aparecen con otros nombres. Va a haber un traspaso de los aparatos de poder pero fundamentalmente es una defensa del sistema y para defenderlo de las fuerzas más o menos antisistema recurren a lo que sea», explica.

Emilio Torres reconoce que Para que nada cambie es «una especie de catarsis, un ajuste de cuentas con mi pasado, porque aunque no fui protagonista, sí fui espectador privilegiado de ciertas cosas que pasaban».

La obra, que el pasado 3 de julio fue presentada en Málaga por el exconcejal de IU Manuel Sánchez Vicioso, está ambientada en Madrid pero también en la Marbella de Gil.

A este respecto, Emilio Torres cree que, en España corremos el riesgo de que vuelva a explotar otra burbuja inmobiliaria. Por su experiencia como economista considera que «el modelo se va a repetir como un bucle, porque no hay alternativa económica en España: construcción y servicios, y ahora somos los camareros de Europa».

El escritor tiene una segunda novela ya terminada, nacida de una experiencia real, cuando trabajaba en el Centro de Desarrollo Estratégico de El Perchel (CEDEP) y conoció a un inmigrante marroquí que le llamó la atención por su nivel cultural. «Le comenté que creía que no era un inmigrante económico y me dijo que estaba en Málaga porque era un exiliado político».

Emilio Torres cree que la política aplicada a la literatura puede servir «como fondo para analizar la situación y plantear, no digo soluciones, pero sí diferentes perspectivas».

De momento, aquí está Para que nada cambie, un brindis a Manuel Vázquez Montalbán.