El alcalde, Francisco de la Torre, marcó la fecha de ayer, 24 de julio, como día clave para el futuro de una Limasa municipal. Por ello dejó prácticamente vacía su agenda para este día, para dedicarla casi exclusivamente por la mañana y por la tarde a reuniones con los representantes de los trabajadores y de los grupos políticos. Ello da idea de la importancia que De la Torre concede a este tema ya que el alcalde, que mantiene diariamente una apretadísima jornada de actos, reservó su jornada de ayer casi en solitario para Limasa.

De esta manera el alcalde, con la asistencia de sus técnicos, dedicó el día a exponer a los sindicatos y los representantes políticos las dos patas sobre las que quiere asentar la Limasa municipal: un plan de productividad que sirva de control a la plantilla y un régimen de encuestas que permitan conocer el grado de satisfacción que los ciudadanos tengan del servicio de limpieza.

De la Torre, con la ayuda del gerente de la empresa, Rafael Arjona, y otros técnicos de Limasa explicó su plan de productividad consistente en que una parte del sueldo de los trabajadores se obtenga gracias al logro de unos criterios de rentabilidad.

El pleno puede decidir

En concreto, el Ayuntamiento y la empresa plantean una productividad valorada en 2.862 euros, a abonar en dos pagas anuales de 1.431 euros cada una, condicionada a cumplir unos criterios de reducción del absentismo, eficiencia en el trabajo y calidad en las tareas. Este plan debería plasmarse en un acuerdo laboral y contar, por tanto, con el beneplácito de la plantilla.

¿Cómo se mediría el cumplimiento de esos criterios de eficiencia en la tarea diaria? El plan que ha estudiado Limasa es el control laboral de los trabajadores por GPS y el apoyo de una empresa externa de vigilancia.

La instalación de GPS sería de fácil manejo para la plantilla de recogida ya que el dispositivo iría instalado en los vehículos y su control sería llevadero. Más difícil sería medir la productividad de los barrenderos, por lo que estos, además del GPS, serían supervisados por una empresa externa que controlaría la actividad de estos peones.

El comité de empresa de Limasa aún no ha expresado su parecer sobre este plan de productividad, si bien es muy parecido al que Limasa planteó en diciembre de 2016. En aquella ocasión el comité dijo estar de acuerdo con que se estableciera un plan de productividad, pero de menor incidencia que el de la empresa.

En concreto, el comité contemplaba entonces un sueldo variable de 323 euros, ligado exclusivamente a las bajas o asistencia al trabajo.