Marina Fernández, una vecina del distrito Palma-Palmilla madre de un niño de 11 años y una niña de 18 meses, envió varias fotos a este periódico para denunciar el estado en el que se encuentra la calle Werther, una vía de en torno a un kilómetro repleta de residuos de todo tipo, desde escombros hasta muebles pasando por colchones y otro tipo de materiales. Se trata, además, de un vial que atraviesan cada día muchos niños de la barriada, acompañados o con sus padres, para ir a los colegios de la zona, fundamentalmente el Rosa de Gálvez, la guardería Garabatos, o los centros de la Sagrada Familia o Sierra Bermeja.

«He pedido varias veces la retirada inmediata de los residuos pero nadie hace nada, lo envié al buzón de quejas y sugerencias y nunca recibo respuestas. Hace dos años se limpió, pero se ha vuelto a acumular. Los operarios de Limasa barren la acera, pero los residuos están en la parcela de al lado», aseguró. «Esto afecta también a los vecinos de la calle Jabalón. Hay acumulación de basuras. En breve, pasarán por esa senda niños para ir al colegio, guarderías e institutos y la suciedad es inadmisible, tercermundista y ningún pequeño debería de pasar esa penuria de camino», precisó. Aseguró que ya hay grupos en redes sociales con niños que han sufrido picaduras al pasar por ahí, y denunció la presencia de ratas. La indignación entre varias madres y padres es total. También denunció que se acotó una zona a espaldas de la calle Jabalón para que los niños pudieran jugar y se prohibió aparcar, pero que allí no se baldea, al igual que tampoco se hacen tareas de limpieza en el cercano monte.