«El perfil está cambiando, cada vez nos encontramos chicos más jóvenes con una adicción muy grande al juego», comenta el presidente de la Asociacion Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación, Francisco Abad. Una adicción temprana en la que las apuestas deportivas llevan de lejos la delantera: «Las más comunes entre los jóvenes son las apuestas deportivas y la ruleta electrónica», asegura Abad. La mayoría de las personas adictas son hombres, de entre 18 y 43 años con bajos ingresos y pocos estudios, según la Dirección Nacional de Ordenación del Juego. Por ello, solo el 17% de los apostadores deportivos son mujeres. De todos estos, en torno al 1% de los jugadores habituales españoles sufre un problema patológico con el juego.

«Muchos llegan con apenas 18 años y comentan que ya llevan un par de años con las apuestas deportivas, juegos online o incluso el juego presencial en este tipo de salones que hay ahora», explica Abad. Los jóvenes pueden llegar a acabar acumulando deudas cada vez mayores que, normalmente, no pueden permitirse. «Conozco a gente que ha llegado a apostar 1.000 euros», comenta Carlos, un hombre de 34 años que empezó a apostar hace un año, cuando esta tendencia empezó intensificarse.

«Cuando lo haces por divertirte con amigos vas a los locales, pero, al paso del tiempo, buscas ganar dinero y lo haces solo y online», declara Daniel, un estudiante de 22 años que comenta que empezó apostano un euro, pero que fue aumentando a 20 y 30. Unos riesgos que asegura que le ha llegado a suponer más de 300 euros en pérdidas. «A la hora de perder, eres menos consciente», comenta.

«Vienen con grandes dificultades porque a los problemas que tienen por esa adicción hay que añadirle con los que acaban por los préstamos rápidos a los que recurren», comenta Abad. «Son préstamos para los que no necesitan ningún tipo de aval y, por eso, te puedes encontrar con un chaval de 20 años que si tiene un trabajo medio decente, a su edad ya tiene una deuda de entre diez o doce mil euros», asegura Abad. «Cuando se pierde dinero, no alardean de ello», apunta Carlos.

Abad hace hincapié en que el control nunca es completo en internet: «Hoy puedes comprar una tarjeta en cualquier lado y puedes apostar, no creo que los juegos online sean más seguros», comenta. Daniel asegura que, de hecho, es más fácil apostar presencialmene, ya que «los únicos requisitos que te imponen es el nombre y el DNI».

Con el aumento de las apuestas online, ha crecido un 36% el número de personas inscritas en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego, la lista a nivel nacional en la que puede incluirse cualquier persona que quiera que se le prohíba el acceso al juego online y a los locales de este sector. «Todos los meses recibimos entre 17 y 20 personas que inician tratamiento», comenta Abad, quien añade que, de hecho, ahora han cambiado el horario de la asociación para abrir más horas.

«De esas personas, el 55% son muy jóvenes, que llegan acompañados en muchas ocasiones por la familia», señala. Sin embargo, no siempre llevan a cabo el tratamiento, ya que es un proceso a largo plazo para el que no siempre tienen paciencia. «El problema es que se viene buscando una solución inmediata, y eso no existe en estas patologías», concluye Abad.