Aunque pasada por agua, la noche de Halloween volvió un año más a convocar a cientos de malagueños en torno a la celebración del «truco o trato». Como viene siendo habitual, los más jóvenes aprovecharon la velada de ayer para salir por el centro de la ciudad disfrazados de sus personajes de terror preferidos. Maquillaje blanco, pelucas negras, sangre artificial y máscaras como las del protagonista de Scream fueron un año más los top entre los aficionados a los sustos.

Los más atrevidos optaron por caracterizarse del terrorífico payaso de It o del mismísimo Freddy Krueger, aunque le último grito lo aportaron los disfraces de La monja y de los personajes de la serie La maldición de Hill House. Poco papel juegan ya las conocidas calabazas y los caramelos en una velada en la que la gran mayoría de bares y establecimientos organizaron actividades temáticas para la ocasión. La lluvia desbarató muchas de las actividades que iban a realizarse al aire libre, como fue el caso de la Fiesta de Halloween del Muelle Uno, donde tenían preparado el tren de la Bruja, un photocall y un concurso de disfraces. Los responsables del esta fiesta han optado por celebrarla mañana viernes, así que los más pequeños podrán disfrutar de todo lo programado entre las 17.00 y las 21.00 horas. Igualmente, la terrorífica visita por los jardines del Cementerio Inglés ha sido aplazada. No obstante, aquellos que ya hubieran adquirido su entrada podrán disfrutar del Gran Juego de Halloween y conocer la historia del cementerio la noche del sábado.

Pero no todo el mundo cambia sus planes por la lluvia. La noche malagueña se vivió ayer intensamente en los bares de copas y restaurantes, la gran mayoría de ellos cuidadosamente decorados para crear el ambiente que la celebración merecía. Hasta altas horas de la madrugada, los locales de moda mantuvieron un gran ambiente. Eso sí, la clientela no era como cada noche, ya que abundaban los vampiros, las enfermeras psicópatas, los fantasmas y las momias.