Colectivos de residentes británicos, que agrupan en algunas zonas a más de la mitad de los casi 50.000 que la provincia malagueña alberga, desconfían del «acuerdo total» que tienen sobre la mesa la Unión Europea y el Reino Unido. Alegan, entre otros aspectos, sus dudas sobre la resolución en pocas horas de los «obstáculos no salvados» en los últimos dos años.

Integrantes de la asociación mijeña Brexpats in Spain o de la agrupación SOHA, con sede en el interior de la Axarquía, relataban a este periódico sus dudas razonables sobre los textos que empiezan a conocerse. El portavoz del último de estos colectivos durante años y actual alcalde de Alcaucín, Mario Blancke (Cs), subrayaba la opinión generalizada en su pueblo. «Hasta que no haya un documento aprobado y firmado es pronto para hablar de acuerdo. En todo caso es un acuerdo entre comillas. Queda mucho por debatir», expresa.

«Por ejemplo, qué significa ese plazo transitorio de uno o de dos años para que los británicos que residen aquí mantengan sus obligaciones y derechos. Cuáles son y de qué manera deben hacerle caso a la documentación que ya han recibido por parte del Estado español, advirtiéndoles de que a partir del brexit no podrán votar en determinados comicios», apunta el regidor axárquico.

En Alcaucín, un tercio de la población empadronada es de origen británico, en concreto más de 700 personas. El municipio malagueño con más cuota de residentes británicos es Mijas, donde residen más de 13.000 según figura en el censo oficial. Le sigue Benalmádena, con más de 6.300. Y por encima de 5.000 también alojan de manera oficial otros municipios costasoleños como Fuengirola y Estepona.

Muchos de los británicos de la Costa del Sol cruzaron a lo largo de todo el día mensajes con numerosos familiares y allegados en las islas británicas, con la intención de tener más información sobre los detalles que llegan a España en relación al brexit pactado. «Sabemos que a lo largo del día estaban fijados una serie de encuentros parlamentarios, en Bruselas y Londres, con el único objetivo de salir negociadamente del lío que existe y ampliar unos plazos que ya no se van a poder cumplir», alegaba ayer Jane Smith, otra de las interlocutoras que en los últimos meses ha participado en los encuentros de la asociación mijeña Brexpats in Spain.

El presidente de SOHA, el también británico Philip Smalley, ya reconoció públicamente su respaldo al brexit, con independencia a las consecuencias que tuviese a la hora de ser implantado y de los cambios normativos que afectasen a la población británica residente fuera del Reino Unido. Ayer, también era uno de los miles de residentes en la Costa del Sol que reconocía estar pendiente de las noticias que llegaban desde Londres. No obstante, el escepticismo sobre un «acuerdo exprés» era generalizado en tierras axárquicas.

Algunos de los portavoces británicos consultados ayer también se refirieron al «daño colateral que en estos años ha generado el brexit en España y otros países europeos con muchos residentes en sus municipios turísticos». Así remarcaron que localidades como Mijas, desde que se votó a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ha perdido cerca de 3.000 ciudadanos empadronados. «Si se hubiesen hecho las cosas bien desde en principio, en vez de especular con más interés en la cotización de la bolsa que en los ciudadanos todo hubiese seguido como antes. Tenemos muchos compatriotas de edad que no saben discernir de lo que sale en la prensa británica amarillista de lo que aparece en los medios serios», expresaba otro residente en la capital malagueña, Michael Mayor.

Otro de los argumentos en los que se desconfía de la posible solución al brexit en esta semana es la gran cantidad de «líneas rojas» que han trazado los responsables públicos tanto en Londres como en Bruselas. Asuntos como la frontera de Irlanda e Irlanda del Norte o las exigencias que hasta hace no muchas fechas ponía sobre la mesa el Gobierno británico están considerados «obstáculos casi insalvables» por estos residentes.