El fuerte viento de la madrugada del domingo al lunes derribó un muro del Hospital Regional que colinda con el Colegio Santísima Trinidad encima del almacén de oxígeno afectando al conversor y tuberías; un percance que tuvo lugar en torno a las cinco de la madrugada y que dejó al pabellón B del hospital sin oxígeno, por lo que el centro suspendió por prevención hasta 15 intervenciones quirúrgicas programadas durante la mañana, según informaron representantes sindicales de UGT y CSIF y el propio hospital.

Tras suceder el accidente, el hospital hizo una reparación provisional que restauró el flujo y durante la jornada del lunes trabajaron para la reparación definitiva, según fuentes sindicales que fueron citadas a primera hora por la gerencia hospitalaria en el salón de actos del centro para detallar lo ocurrido y ver qué medidas tomaban. Mientras tanto, los pacientes de esa zona de UCI con ventilación asistida fueron atendidos con bombonas. Una situación que llevó al centro a activar el plan de contingencia para mantener el suministro de gases al pabellón B y la empresa encargada de ello -Air Liquid- fue la que reparó de manera provisional el tubo que lleva el oxígeno.

Fuentes de UGT aseguraron que durante la reunión el gerente del centro hospitalario detalló cómo se iba a trabajar en la zona afectada. Y es que el muro iba a ser demolido por completo y ante la posibilidad de dañar de nuevo alguna canalización la actividad quirúrgica se iba a reducir de manera significativa con carácter preventivo. Un trabajo que el sindicato no supo precisar cuándo estaría listo mientras que el hospital detalló que algunas de las intervenciones quirúrgicas canceladas el lunes ya se habían reprogramado para este martes.

Asimismo, el Hospital aseguró en un comunicado que la cancelación de las operaciones previstas durante la mañana se debía a una medida de precaución para garantizar la seguridad tanto de pacientes, como de familiares y profesionales. Además, la seguridad de los pacientes que requieren de oxigenoterapia -aquellos con ciertas enfermedades pulmonares, por ejemplo- no se vio comprometida en ningún momento. Y es que, como detallaron los propios sindicatos, correr el riesgo de quedarse sin oxígeno los profesionales sanitarios en mitad de una operación podría ser un problema «muy grave» para acabar con éxito la intervención.

La gerencia hospitalaria también detalló que todas las actuaciones han sido trasladadas a los responsables implicados, tanto de las plantas, como de los servicios y unidades quirúrgicas, así como a los agentes sociales con el fin de que conozcan de primera mano esta situación.