Entrar a trabajar a las nueve de la mañana supone una auténtica odisea para los empleados del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), tecnópolis que acoge a un amplio número de empresas con miles de trabajadores en Málaga.

Son trabajadores como Ademar Barreto, que -entre accidentes, atascos y falta de transporte público- en declaraciones a Efe calcula una hora para entrar a las nueve a su puesto laboral en una empresa de consultoría administrativa.

Hoy, justo a las doce en punto y durante quince minutos, los puestos de trabajo del PTA, entre ellos el de Ademar, han quedado desiertos: los empleados han salido a las puertas de los edificios de sus empresas para protestar en grupos numerosos contra el caos que deben atravesar diariamente para llegar a sus ocupaciones.

"Sin duda, es una demanda masiva entre los trabajadores, porque nos afecta a todos", explica Ademar, al tiempo que pide más inversión en insfraestucturas, ya que los remedios que se han dado hasta ahora, como cambiar el sentido de carriles mediante la intervención de la policía, "no han solucionado nada".

"Nuestra jornada laboral consiste en casi dos horas más al día sólo para entrar y salir del PTA. Lleva siendo así mucho años y no vemos solución", declara a Efe María Sevillano, una de las trabajadoras que han seguido la protesta convocada en redes mediante la etiqueta #ParónPTA.

María cree que deben ser los encargados del parque empresarial quienes den una solución a un problema que "si además va a haber cada vez más trabajadores, va a empeorar" y que crea un ambiente de trabajo "saturado y encrispado".

"Hay cuellos de botella en la entrada al parque y las soluciones alternativas, como el transporte público, no ayudan mucho. Sólo hay un autobús, que viene desde el centro de la ciudad: no sirve para venir de zonas como el barrio de Teatinos o pueblos cercanos como Cártama, así que siguen produciéndose estos atascos", concluye.

Francisco Antonio Fernández hace un trayecto de 20 kilómetros todos los días y le ve muchas carencias: "Aquí hace falta de todo: que llegara el metro o el Cercanías, más entradas para los coches, más aparcamientos... Esto es un embudo en el que tenemos que entrar y salir todo el mundo".

Macarena, que trabaja en una empresa de operaciones y servicios administrativos, solicita más entradas, "¡pero es que sólo hay dos accesos con carril único!", exclama: ella se tiene que levantar hora y media antes todos los días para llegar "con mucha tensión y agobio", y pone el acento en los accidentes que frecuentemente ocurren fruto de las retenciones.

Ante la inactividad institucional, Ademar ha cambiado sus horarios: entrar a trabajar a las siete de la mañana, cuando las retenciones son mucho menores, es la solución que ha encontrado para evitar perder dos horas al día en una odisea que hoy ha parado durante diez minutos el PTA, pero que todos los días lo retiene indefinidamente.