Los taxistas malagueños no saldrán por ahora a las calles en señal de protesta, como sí lo han hecho y siguen haciendo estos días sus compañeros en capitales como Madrid o Barcelona. Las reclamaciones son compartidas y pasan por exigir que se cumpla con la ley vigente respecto a las licencias VTC (vehículos de transporte concertado), que son las que utilizan las plataformas como Uber o Cabify para operar en Málaga. Por cada 30 taxis, no debería haber más de una licencia VTC.

Una ratio que se supera de largo en la provincia de Málaga. A pesar de ello, el actual contexto político en Andalucía, con un Gobierno de nuevo cuño que acaba de entrar en Sevilla, y que carece de interlocutores y el equipo necesario en la Consejería de Fomento para abordar esta problemática. Los responsables andaluces del sector tuvieron ayer una primera reunión con la nueva consejera de Fomento, Marifrán Carazo, en Sevilla, y que sirvió como primera toma de contacto. Y también para constatar que la Consejería ahora mismo se encuentra en pleno traspaso de poderes. Los responsables de las principales asociaciones del taxi en Málaga, Elite, Union Taxi y Aumat, comparecieron a última hora de la tarde para informar de que se habían creado sendos grupos de trabajo que se volverán a citar en dos semanas. Aunque no desistan de sus exigencias, confirmaron que, hasta entonces, no habrá movilizaciones en la calle.