Un funcionario del Ayuntamiento de Málaga, que trabaja en el área de Medio Ambiente como inspector del servicio técnico de Limpieza, estuvo la noche del sábado en Los Ruices recogiendo firmas entre los operarios de Limasa para solicitar al comité de empresa la convocatoria de una asamblea donde discutir y decidir sobre la propuesta del Ayuntamiento, según ha denunciado UGT Limasa. El funcionario ha reconocido, en una conversación con este periódico, que estuvo la noche del sábado «viendo a unos amigos de Limasa, fuera de mi turno de trabajo» y que en ese reunión «se recogieron firmas, pero niego que yo las pidiera. El papel y el bolígrafo estaban encima de la mesa, pero yo no los puse ni pedí a nadie firmar».

Esta afirmación es, sin embargo, cuestionada por un mensaje que el propio funcionario remitió por vía telefónica al secretario general de UGT Limasa, Manuel Belmonte. En ese escrito, firmado con su nombre y apellidos completo, el funcionario reconoce y afirma que «soy el único inspector que he recogido firmas», pero «fuera de mi horario y sin ningún tipo de coacción» y le pide a líder de UGT que se retracte o interpondrá una demanda intromisión al honor, injurias y calumnias».

El funcionario insistió en que no pidió la firma a nadie y que aunque escribió ese escrito a Belmonte, «fue en un ataque de ira».

UGT niega que sea un hecho aislado de la noche del sábado. En el sindicato afirman que este funcionario ha ido prácticamente a todos los turnos a pedir firmas y que incluso estuvo el «jueves por la mañana en La Palmilla, en horario de trabajo».

Escrito del sindicato

UGT había remitido la mañana del domingo un escrito a sus afiliados denunciando que inspectores del Ayuntamiento estaban acudiendo a los cuartelillos de Limasa para recoger firmas pidiendo una asamblea y manifestaba su asombro por el hecho de que «funcionarios cuyo cometido es inspeccionar que los servicios que se les paga a Limasa se realizan, se dediquen a recoger firmas». Lo tachaba de «otro derroche mas de este Ayuntamiento» que utiliza los recursos «para sus propios intereses».

UGT no duda en que «detrás de todo esto esta la mano de la concejala Teresa Porras». «Esta señora nos demuestra que para ella vale todo para hostigar, malmeter y chantajear a los trabajadores ». El funcionario, por su parte negó cualquier relación con Porras: «Es mi jefa, pero nada más, las órdenes las recibo de otros jefes más directos», señaló.