No usar redes para acotar las playas o solicitar la colaboración del sector pesquero son algunas de las conclusiones a las que han llegado los expertos congregados en la Semana del Mar, una actividad organizada por el Aula del Mar, la Junta de Andalucía y la Diputación de Málaga que ha tenido la incidencia del cambio climático en la proliferación de medusas como marco de análisisproliferación de medusas.

El responsable de Aula del Mar, Juan Jesús Martín, explica que una de las propuestas de los expertos ha sido que los sistemas de redes para acotar grandes extensiones de playas no sean utilizados debido a su potencial impacto ambiental, y es que pueden quedar atrapadas otras especies como el caballito de mar, la tortuga marina o el pez luna, detalla el biólogo del Aula del Mar Jesús Bellido.

Otra de las claves es la necesidad de impulsar la investigación científica sobre las poblaciones de las especies de medusas frecuentes en la costa de Málaga y el mar de Alborán, teniendo en cuenta que «todavía no está clara la incidencia del cambio climático», una investigación que sí está en marcha pero de la que no hay certezas. Según Martín, lo que se ha destacado en las jornadas es que, al menos, «el cambio climático está acentuando los efectos globales meteorológicos que pueden influir en la mayor incidencia de medusas como son la North Atlantic Oscillation (NAO) y el vórtice polar».

Asimismo, han propuesto analizar los factores ambientales, climáticos y ecológicos que pueden afectar al ciclo biológico y distribución, especialmente de la medusa Pelagia noctiluca (Clavel de mar), favoreciendo la formación de acumulaciones de medusas y su llegada a la costa. También insisten en informar y facilitar a los ayuntamientos costeros información sobre la legislación vigente, de modo que, antes de retirar medusas en aguas interiores soliciten la autorización pertinente a la Junta de Andalucía, ya que las medusas que entran en estas aguas ya no van a retornar a su hábitat, que es el mar abierto, y van a terminar varando en la playa. Para retirarlas, han pedido la colaboración del sector pesquero. En este sentido, han señalado además la colaboración de pescadores locales, buceadores, barcos de recreo y otros sectores usuarios del litoral como red de alerta temprana. En esta línea, la participación ciudadana es clave para la detección de enjambres.

Además, han incidido en realizar campañas de información y sensibilización ciudadana para explicar que las medusas son un componente del plancton y de los ecosistemas y cadenas tróficas marinas y que el mar es su medio natural. Por lo tanto, «cualquier medida de protección que se implemente debe ser selectiva y respetuosa con el medio marino y en consonancia con fórmulas que permitan compatibilizar la conservación y protección del mar con su uso recreativo».

Predicciones para verano

Por otra parte, debido a la dificultad de saber la incidencia que tendrán las medusas, han resaltado la necesidad de establecer un protocolo común de registros de datos de distribución de medusas en el litoral que permita realizar predicciones a corto plazo de medusas en determinadas playas.

Para Bellido, la situación que se dio en 2018 fue una «excepción» y no tiene por qué repetirse este verano. La plaga de medusas que hubo en Málaga «no es algo normal» y «puede variar de un año para otro». Además, hasta ahora no tienen constancia de que haya ejemplares de la carabela portuguesa, que «normalmente se ve en primavera». Así, entienden que puede haber «un verano tranquilo con algunas medusas sueltas y otros días con más de lo habitual» porque condiciones como que sean impulsadas por el viento de levante o las corrientes pueden hacer que se acerquen a la costa. Para estos casos, Bellido insta a utilizar Infomedusa, la aplicación desarrollada por el Aula del Mar y la Diputación. Todas las conclusiones han sido enviadas a la Junta, Diputación y Ayuntamiento para que las tengan en cuenta en sus actuaciones, algo a lo que se comprometieron, asegura Martín.