«No hay avance científico sin un apoyo decidido a la investigación básica, es el motor». Así de rotundo aborda el investigador Miguel Ángel Medina la situación actual de este sector en España, un campo que sufrió los recortes más duros entre 2007 y 2014 y que ha tenido consecuencias negativas para todos.

Sin ir muy lejos, Medina detalló el caso de su compañera Francisca Sánchez Jiménez -ya jubilada- y las consecuencias que ha tenido la falta de financiación a una línea de trabajo que prometía buenos resultados.

Dentro de la línea de investigación sobre metabolismo tumoral en poliaminas e instaminas, la investigadora publicó en una revista de prestigio el papel tan importante que juega la desregulación de las poliaminas -compuesto químico de más de un grupo de aminos- e instaminas -amina biogénica- en el neuroblastoma, un tipo de cáncer que afecta en gran parte a niños. Y es que estas moleculas interferirían en la desregulación metabólica del afectado, lo cual se traduce en un cambio del ph en sangre, algo que solo se da en circunstancias patológicas.

Con los resultados pioneros sobre la mesa, solicitó durante dos años seguidos fondos para continuar su trabajo, ya que su hipótesis apuntaba a que podía tener un potencial interés de tipo farmacológico para el tratamiento del neuroblastimo seguir ahondando en el papel de la instamina y poliamina en esta enfermedad rara. Se le denegó la financiación y fue uno de los motivos, según Medina, que aceleró su prejubilación.

Sin embargo, sus conocimientos y estudios publicados le llevaron a un simposio internacional para dar una charla donde expuso lo ya publicado e hipótesis en Norteamérica. Cuatro años después de aquella charla, un grupo de investigación norteamericano ha demostrado lo que Sánchez Jiménez no pudo por falta de financiación y las grandes publicaciones del sector se han hecho eco de ello. este año. «En vez de ser un descubrimiento español se ha convertido en un descubrimiento americano», lamenta el profesor Medina. Aun así, la línea de investigación, que se había abandonado una vez que su antecesora no logró financiación, el profesor Medina explicó que el grupo de CIBERER la ha retomado y sigue estudiando sobre la desregulación del metabolismo de poliaminas e instaminas, un rasgo característico de varias docenas de enfermedades raras.

«Es necesario que las autoridades políticas apuesten por la investigación de una vez por todas», sentenció el investigador. Para ello, han elaborado un decálogo con los puntos a tener en cuenta para el avance en este ámbito como la creación de unidades de referencias interdisciplinares con expertos en enfermedades raras, crear más unidades de diagnóstico y dedicar más esfuerzos al diagnóstico precoz así como aumenta el número de enfermedades raras en el cribado neonatal en la población general. Implantar el acceso universas a los tratamientos y la escolarización inclusiva, así como crear más centros ocupacionales y programas de apoyo laboral, dar apoyo integral a las familias y desarrollar estrategias de atención y apoyo psicosocial a los afectados y sus familias.