En realidad, un cuento fue lo que le cambió la vida como escritor. Estaba de vacaciones en Ceuta y a las manos de Antonio González llegó un relato sobre un personaje de la Historia del Rif que desconocía, El Raisuni, el líder rifeño que combatió a los españoles y terminó colaborando con ellos.

«Mi cuñado tenía el cuento en casa, se me quedó grabado el nombre, comencé a recopilar datos sobre él y al final me costó siete años reunir toda la vida de El Raisuni», cuenta el escritor malagueño.

La vida y hazañas del contradictorio El Raisuni fue su primer libro con el telón del Protectorado Español de Marruecos de fondo; más tarde, y tras reunir «dos metros de folios de documentación», se atrevió con un libro de Historia del entorno, desde la conquista de Melilla en tiempos de los Reyes Católicos hasta el conflicto de la isla de Perejil.

Le seguirían dos más sobre el desastre del Barranco del Lobo y el Sáhara Español y ahora, sigue sin abandonar el norte de África en su libro número 14, Historia de la Aeronáutica Española en el Protectorado, que acaba de publicar en Ediciones del Genal.

El escritor malagueño, que publica libros desde 1990, aborda un aspecto poco conocido de los antiguos dominios españoles en Marruecos.

Y sin embargo, como recuerda, ya en 1909 los españoles emplearon los 'altos vuelos' en el desastre del Barranco del Lobo. «Utilizaron globos aerostáticos que se amarraban a tierra y servían de punto de observación, para localizar el foco de concentración del enemigo y dirigir el tiro de la artillería».

En cuanto al uso de los aviones, España comenzó a emplearlos en la Guerra de Melilla tres años antes del comienzo de la I Guerra Mundial, en 1911, por lo que como destaca el autor, fue uno de los primeros países europeos en utilizarlos en un conflicto bélico.

Antonio González habla de las tempranas bombas que lanzaban «de dos kilos, iban amarradas al fuselaje y cuando el piloto decía, el ayudante cortaba al cuerda y soltaba la bomba». También empezaron a usar bombas incendiarias, en realidad, bombas de mano metidas en bidones de combustible.

El libro analiza el papel de la aviación hasta finales de los 50 del siglo pasado, ya en el Sáhara Español, tras la independencia de Marruecos.

Parte de la documentación para el libro la ha localizado en los archivos militares de Ceuta y Melilla, pese a que no haya muchas referencias específicas a la aviación sino informes de campañas militares, «pero han quedado también escritos de oficiales o pilotos que escribieron sus memorias, ya en los años 20, libros muy difíciles de encontrar porque eran tiradas muy cortas».

Otra gran ayuda se la han proporcionado revistas especializadas de la época pero también de la actualidad, que recogen gestas del aire pasadas.

Por el Protectorado volaron modelos de aviones ingleses, franceses, algunos fabricados en España, cuyo fuerte estaba en los motores de la casa Hispano-Suiza, «de gran calidad», muy demandados por otros ejércitos.

Tras este libro, Antonio González 'aterrizará' en la Historia de Málaga con dos próximas obras ya en preparación. Fin del vuelo.