«Un cigarrillo cuesta el sueldo de un día y una botella grande de cocacola, el sueldo de un mes. Además, en Venezuela la vida la tienes prestada: cuando sales a la calle no sabes si vas a volver y cómo lo vas a hacer», comenta el sacerdote José Luis Cacho (Ágreda, Soria, 1949).

Este misionero pasionista, muy conocido en Málaga por sus años de párroco en la Cruz Verde y por haber fundado la Cofradía de la Crucifixión, lleva casi nueve años al frente de una parroquia en San Agustín del Sur, uno de los barrios de Caracas más pobres y violentos, con 80.000 habitantes, de los que 65.000 viven en chabolas.

Para ayudar a este barrio pobre de un país empobrecido, acaba de escribir Buenas noticias desde el infierno, un libro en el que cuenta su experiencia como misionero en Venezuela, editado gracias a la Fundación El Pimpi, Fundación Málaga, la Cofradía de la Crucifixión, la empresa Quares y la Diputación de Málaga.

Con un precio de 15 euros, puede adquirirse en la sede de la Fundación El Pimpi (plaza de la Merced, 12, segunda planta) y el importe íntegro será para apoyar la labor humanitaria del padre Cacho.

«Que se te desmaye un niño en catequesis porque no ha podido desayunar es muy triste, que se te muera una niña de 3 años porque no le han podido poner un ventolín es muy jodido», puso como ejemplos.

La obra, repleta de fotografías de sus protagonistas, recoge testimonios e historias de las personas a las que atiende, escritos en el lenguaje directo del religioso: «Me gusta escribir como pienso, no mido las palabras», explica.

El sacerdote pasionista, que pasa unos días en Málaga, a donde vuelve cada dos años para descansar, detalló que el título del libro, Buenas noticias desde el infierno, se explica por ese simbólico abrazo de los malagueños que permitirá que a la parroquia lleguen medicinas, ropa o alimentos. «Esa es la buena noticia», precisó.

Le acompañó en la presentación en El Pimpi Luis Merino, exalcalde de Málaga y presidente de la Fundación El Pimpi, que dio las gracias al padre Cacho, «porque él nos mueve la conciencia y el corazón». Luis Merino recordó el éxito de la Marcha Solidaria, promovida por la Fundación El Pimpi el pasado 29 de junio, a favor de la obra del padre Cacho. «En Málaga siempre tendrá amigos y gente que le ayuda y le respeta», le transmitió.

Por su parte, Juan Cobalea, presidente de la Fundación Málaga, señaló que iniciativas como este libro sirven para que la cultura vaya apagando «el fuego de los infiernos», en referencia al título.

La obra la edita Quares, informó el responsable de la empresa, Marino García, y también la publicará la Diputación.

«Donde Jesús sigue sufriendo»

José Luis Cacho, que tras sus años malagueños en la Cruz Verde pasó 17 en México, confesó que la de Venezuela está siendo su etapa más dura, pero abogó por continuar su labor en Caracas «porque un misionero pasionista debe estar donde Jesús sigue sufriendo su pasión. Si alguien sufre hambre o persecución, ahí está Jesús».

El libro también se puede adquirir a través de la web de la Fundación El Pimpi.