A veces, hay que aprovechar las coyunturas y esta es una de ellas, aunque estemos en la Feria de Agosto y el vasito del Cartojal, en algunos momentos del día sustituya al móvil.

Y la coyuntura es que tuvimos elecciones municipales y ganó Paco de la Torre pero además, tras las elecciones andaluzas del año pasado la Junta cambió de dueños. La coincidencia del mismo partido en Málaga y Sevilla hace prever que dejaremos atrás muchas peleas infantiles que, en algunos casos, han dejado en nuestra ciudad paisajes surrealistas.

Por este motivo, bueno es que volvamos a un parque de Churriana que parece diseñado por todo el equipo editorial de La Codorniz o El Jueves, gracias a la lánguida sintonía mantenida durante años entre socialistas y populares en sus respectivas trincheras. Porque hablamos del paisaje surrealista que exhibe desde 2015, año de las anteriores elecciones municipales, el parque que hay a la entrada de Churriana, en calle Torremolinos, una zona que tuvo una transformación mayor que la de Cenicienta ya que antes de que lo arreglara el Consistorio, era un parque bastante inhóspito con suelo de tierra, pinos y falsos pimenteros que muchos empleaban como pipicán para sus perros. Y aunque se quitaron más árboles de la cuenta, el espacio ganó en belleza y sobre todo, en higiene.

En mayo de 2015, en vísperas de las municipales, La Opinión visitó la zona recién transformada con el concejal de Churriana, José del Río, que se mostró bastante indignado, y con razón, porque pese a que el Ayuntamiento pidió permiso para meter bajo tierra una línea de teléfono, no hubo forma humana de que los próceres de la Junta autorizaran la obrita, en absoluto comparable con el túnel de La Mancha.

La administración autonómica remitió a un convenio de 2013 que en su día tenía que firmar el Ayuntamiento con la Junta para recepcionar carreteras autonómicas.

La pega administrativa en vísperas electorales sonaba bastante rara, sobre todo porque la actuación había contado con el visto bueno de la Consejería de Fomento, que como todos ustedes saben, es de la Junta.

Al final, la administración autonómica no dio el visto bueno y como resultado de tan absurda y malévola maniobra, cuatro años después el palitroque sigue presidiendo el parque. De paso, transmite una imagen chapucera, de Pepe Gotera y Otilio. Una jugarreta administrativa en toda regla.

Por eso, con el cambio de tornas y el mismo partido en las dos administraciones, quizás ha llegado el momento de enterrar el hacha de guerra y si fuera posible, la línea del teléfono.

El autor de estas líneas se toma el preceptivo mes de vacaciones y reaparecerá, si ustedes quieren, al cabo de 31 días. Feliz verano y feliz Feria.