Las fuertes lluvias que cayeron a mitad de septiembre en Málaga han provocado el retraso de la mudanza de los 260 empleados del departamento de Gestión y Recaudación de la Agencia Tributaria desde el edificio de Hacienda, situado en la avenida de Andalucía, al local situado entre las calles Ayala y Héroe de Sostoa, donde El Corte Inglés tuvo abierto hasta hace unos años una tienda outlet (y conocido por albergar hace décadas el antiguo supermercado Gaybo). El traslado iba a desarrollarse durante este fin de semana pero hace unos días ya se advirtió a los representantes de la plantilla de su demora debido a problemas de filtraciones de agua a través del techo que habían aparecido en el inmueble a raíz de las intensas precipitaciones registradas hace unas semanas.

Fuentes del Ministerio explicaron a este periódico que no hay, de momento, una fecha prevista para acometer la mudanza, aunque mostraron su deseo de que pueda hacerse «en breve».

La Agencia Tributaria sigue así inmersa en la mudanza de los servicios del edificio de Hacienda en Málaga a otros emplazamientos por la necesidad de acometer profundas reformas en el inmueble, después de que en 2017 se detectaran daños estructurales en el mismo. El departamento de Gestión y Recaudación es el que centraliza la atención al público, por lo que es el cambio que más influirá a los ciudadanos que tengan que realizar alguna gestión con Hacienda.

El edificio del antiguo Gaybo está a apenas un kilómetro del inmueble actual de la Delegación de Málaga y cuenta con una buena comunicación a través del transporte público (junto a la estación María Zambrano y con muchas conexiones de autobús en los alrededores), de cara a facilitar el acceso de los usuarios para realizar sus trámites tributarios.

Fuente de la representación de los trabajadores, por su parte, reiteraron sus dudas acerca de las actuales condiciones del edificio del antiguo Gaybo para albergar a los trabajadores.«Ahora ha surgido el tema del agua que cae del techo, pero también hay problemas de adecuación acústica y térmica, de calidad del aire e incluso de malos olores. Además, se trata de un espacio diáfano, como un salón de bodas, cuando para la labor de estos departamentos es mejor trabajar en lugares aislados, despachos para dos o tres personas», comentaron.

Un proceso escalonado

El pasado mes de junio se inició el proceso con el traslado del personal con el paso del servicios de apoyo y jefatura de la Agencia Tributaria (alrededor de un centenar de trabajadores) al edificio Rialto de la calle Hilera y ya a mitad de julio se acometió el de los servicios de la Dependencia de Inspección Financiera (126 personas) a la segunda planta del centro comercial Málaga Plaza, en la calle Don Cristian. Ambos emplazamientos están justo al lado del actual edificio de Hacienda.

Cuando acabe el traslado de octubre, quedarán todavía dos actuaciones pendientes de traslado en el edificio de Hacienda, para las que todavía no se conocen fechas. Por un lado, la mudanza de 42 trabajadores al edificio de la Aduana Marítima, en la avenida Manuel Agustín Heredia, junto a la reubicación de mobiliario y puestos de trabajo que hay ahora mismo en esas dependencias. Por otro, el traslado de los 120 trabajadores del Ministerio de Hacienda presentes en el edificio (en áreas como el Catastro o la Sala de Málaga del Tribunal Económico Administrativo), y que irán a la entreplanta de un edificio situado entre la avenida de Andalucía y la calle Compositor Lehmberg Ruiz.

Fuentes laborales consultadas por este periódicos se han mostrado en varias ocasiones muy críticas con el plan de mudanzas elaborado por la Agencia Tributaria para acometer la reforma del edificio de Hacienda. Alegan que la intervención en el inmueble puede costar unos ocho millones de euros, mientras que el coste de los alquileres de estas sedes sustitutivas podrían salir por 16 millones de euros si se tiene en cuenta que el horizonte de las actuaciones podría prolongarse durante siete años (e incluso de diez, lo que llevaría ese gasto a los 22 millones).

«Es un coste irracional para una administración pública. No es un plan adecuado ni eficiente. Se podrían haber usado las naves de la Aduana, que son de la Agencia, para usarlas como oficinas y realizar traslados sucesivos por plantas. El edificio de Hacienda tiene daños, pero no hay mayores riesgos. La prueba es que los daños se descubrieron hace más de dos años y aquí seguimos», comentan.