Las unidades de Medicina Física y Rehabilitación y de Mama del Hospital Regional han puesto en marcha una escuela de prevención y detección precoz del linfedema para las mujeres que han sido diagnosticadas de un cáncer de mama.

Además, en esta consulta se trabaja para identificar los primeros síntomas y para tener acceso a un tratamiento eficaz en caso de desarrollar este efecto secundario de la cirugía oncológica.

La Escuela de Linfedema está coordinada por profesionales de Rehabilitación especializados y con dedicación preferente en esta patología y está asociada a la Unidad de Linfedema, donde se atiende a las pacientes que han desarrollado una obstrucción en el sistema linfático secundaria a la cirugía con el fin de reducir sus secuelas. En 2018, en el Hospital Regional se hicieron aproximadamente 400 detecciones de cáncer de mama, de las que 97 precisaron una extirpación de los ganglios linfáticos axilares, es decir una linfadenectomía. Del total de mujeres tratadas, 40 desarrollaron linfedema.

Así, a tenor de estos datos, la Unidad de Mama y la de Medicina Física y Rehabilitación decidieron trabajar de manera coordinada para la prevención de esta inflamación, ya que es recomendable que se trabaje inmediatamente tras la cirugía con el fin de evitar que aparezca, señaló la Junta a través de un comunicado.

La cirujana y responsable de la Unidad de Patología de Mama, Marta Ribeiro, explicó que el linfedema se produce por una acumulación anormal de líquido en el tejido subcutáneo, debido a una obstrucción en el sistema linfático. «En mujeres con cáncer de mama que han precisado de la extirpación de los ganglios axilares, el linfedema se produce en el brazo por interrupción de los vasos linfáticos a nivel de la axila, llegando a un 20 por ciento de prevalencia. También puede suceder, aunque en mucho menor porcentaje -siete por ciento- en aquellas a las que se practica biopsia del ganglio centinela», señaló. Los expertos calculan que una de cada cuatro mujeres desarrollará esta complicación.