Carmen Lizárraga, profesora de Economía en la Universidad de Granada, lidera la candidatura malagueña que el partido de Íñigo Errejón presenta esta tarde en un acto público en la céntrica calle Alcazabilla de Málaga. El hecho de proceder de otra provincia, su anterior militancia en Podemos, su experiencia como parlamentaria andaluza o el conflicto catalán entran en juego en esta entrevista.

Más allá del halo novedoso que desprende, ¿qué hace diferente respecto a los demás partidos a Más País?

Su programa, precisamente. Se trata de un programa en el que el eje vertebrador es la transición ecológica. Sin justicia social no puede haber transición ecológica y, además, son un binomio inseparable. La justicia social pasa por llevar a cabo un programa en el que lo vertebrador sea la transición ecológica. Y, especialmente, en Andalucía, donde los últimos datos de pobreza nos dicen que siete de cada diez hogares no pueden llegar a fin de mes. Y para cubrir necesidades materiales no se pueden aplicar las mismas recetas en una situación de emergencia climática como la que estamos viviendo.

¿Qué le ofrece a la provincia de Málaga la candidatura que usted encabeza?

Málaga ha sido el motor económico de Andalucía y tiene que seguir siéndolo. Para ello, tiene que lograr una diversificación productiva y fortalecer sectores en los que tiene mucha potencia, como el turismo o la construcción. Si hablamos de esto último, tendremos que irnos a la rehabilitación de edificios, aumentando la eficiencia energética y poniendo en marcha planes sostenibles. Y si hablamos del turismo, hay que hacer una transformación para proteger el gran atractivo de la provincia: nuestro mar Mediterráneo. Y eso requerirá una acción que va más allá de esta provincia. Por ejemplo, en Murcia están apareciendo peces muertos y eso no se va a quedar ahí. Los problemas ecológicos no entienden de fronteras.

La llaman paracaidista por el hecho de presentarse por esta circunscripción sin estar vinculada a ella ¿Ha usado alguna vez un paracaídas?

Me doy por aterrizada.

¿Puede ser un obstáculo que los dos primeros miembros de la lista al Congreso de los Diputados no sean malagueños?

En absoluto. Es absurdo pensar eso. Cuando me preguntan por mis vínculos con Málaga, recuerdo que estuve en el primer seminario sobre Economía Crítica que organizó en la facultad de aquí Alberto Garzón y, desde entonces, he mantenido muchos vínculos académicos con esta tierra. Granada y Málaga son provincias siamesas. Hace poco, la Universidad de Granada le entregaba su medalla a la de Málaga. Tengo un vínculo muy cercano. Por eso, para mí no es un problema. Y tampoco para el número 2, que está viviendo en Málaga. Estoy encantada de presentarme por esta provincia.

Procede de Podemos. Si alguien le dice que el matrimonio Pablo Iglesias-Íñigo Errejón se rompería más pronto que tarde, ¿le hubiera creído?

Realmente, no se trata de un matrimonio Iglesias-Errejón. Son espacios políticos diferentes. Y el problema que se ha producido no es el de un matrimonio. El problema ha sido el bloqueo de un país. El problema es que la política, incluso la nueva, ha ido envejeciendo muy rápido. Y se ha producido un atrincheramiento en las siglas que ha dado lugar a una situación de bloqueo, que provoca que los partidos antepongan sus intereses a los de un país que se encuentra en una situación de emergencia. Esa es la diferencia entre lo que se ha ofrecido por parte de Iglesias o de Sánchez y lo que está ofreciendo el partido que lidera Íñigo Errejón. Me he comprometido con la idea de anteponer los intereses del país a los de las siglas.

Adquirió parte de su experiencia política en el Parlamento andaluz, ¿merece el actual Gobierno de la Junta de Andalucía el adjetivo trifachito?

Está dando señales de que se comporta de esa manera. Lo peligroso es el modelo de sociedad que se quiera construir. Y el de la extrema derecha es un modelo excluyente, peligroso y depredador. El mensaje que se está lanzando es que ‘no hay para todos’ en un momento de emergencia climática. Se ceban con los más débiles. Y darle espacio a eso y a la negación de la violencia machista es un retroceso. La sociedad que ofrece ese bloque conservador es muy diferente a la que ofrece el bloque progresista, que se tiene que poner de acuerdo. Ellos no han tenido problema en ponerse de acuerdo. Y si los progresistas no se ponen de acuerdo, nos encontraremos con la situación que estamos viviendo en Andalucía.

Íñigo Errejón no esconde su postura sobre Cataluña y dice que respeta la sentencia del procés pero la considera dura, ¿piensa lo mismo que él?

Sí. Creo que en el problema catalán se consuma el fracaso de la política frentista. Es la gota que colma el vaso. Eso está poniendo sobre la mesa que requerimos un cambio de paradigma político con posiciones de altura política y de responsabilidad de Estado. De firmeza, pero en el diálogo. No se pueden tomar decisiones viendo el telediario o a golpe de tuit. En esta España descosida y triste, los políticos tienen que ser ejemplo de encuentro. Si no, van a dar lugar a que a la política le vengan bien los conflictos. Pero el enfrentamiento no le viene bien a la gente. Y, además, ¿si cuando hay un incendio o una catástrofe se visita Cataluña, por qué ahora no se está visitando? ¿Consideran que ya no forma parte del país? Me parece importante una visita del Gobierno en funciones para poder tender puentes de nuevo, pero no me consta que hayan ido.

¿Le parece electoralista que la exhumación de Franco se produzca a pocos días de unos comicios nacionales?

Es una sentencia que ha llegado ahora. A los dictadores no se les dan premios. Es una cuestión de salud democrática.

Si, tras la presentación de su candidatura, se encuentra en calle Alcazabilla con el genio de la lámpara, ¿cuántos de los 11 escaños de Málaga le pediría para Más País-Equo?

No soy buena profeta. Prefiero pedirle a la gente confianza en el desbloqueo, antes que hacer una quiniela que puede salir mal. Estamos en una situación de emergencia y necesitamos que se recupere la confianza en las instituciones. Y, sobre todo, quiero poner sobre la mesa todo el trabajo que está haciendo mi candidatura, estoy muy bien acompañada. Independientemente de los escaños que se saquen, puedo garantizar que todos los que están en esa candidatura van a seguir trabajando el 11 de noviembre.