La Gerencia de Urbanismo estaba dando los últimos toques la semana pasada a las obras de reforzamiento y mejora en el muro de la calle Lágrima, 19, en la barriada de Cortijillo Bazán, en Ciudad Jardín.

Como adelantó a La Opinión el pasado 20 de diciembre el concejal de Urbanismo, Raúl López, el Ayuntamiento se había visto forzado a tomar «medidas cautelares», para evitar que aumentara el deterioro, «en aras a la seguridad pública».

El concejal Raúl López indicó además que las obras estarían catalogadas como actuaciones subsidiarias, por lo que la factura se pasaría a la comunidad de propietarios de la calle Lágrima, 19. «Los propietarios tienen una responsabilidad si pasa algo», recordó. El punto de vista del Ayuntamiento no es compartido por la Asociación de Vecinos de Cortijillo Bazán, que cree que se trata de un muro público, cuyo arreglo debe sufragar al completo el Consistorio.

En este sentido, el presidente vecinal, Paco Nájera, consideró que aunque fue construido por la constructora que levantó la barriada a comienzos de los 70, «ese muro está sosteniendo jardines públicos e incluso la calzada por la que pasan los autobuses».

En la misma línea, Juan García, vecino del bloque afectado, recordó que todo el barrio estaba reforzado por muros, muchos de los cuales habían sido arreglados por el Ayuntamiento.

Por contra, el concejal de Urbanismo indicó que según el PGOU, el muro de la calle Lágrima, 19 no tiene la calificación de viario sino la misma calificación que el bloque de viviendas y por tanto compete a la comunidad costear el arreglo.