­Era la crónica de una muerte anunciada. Málaga no tendrá procesiones de Semana Santa este año 2020. La crisis del coronavirus, que había obligado ya a suspender cualquier actividad cofrade, tanto de carácter público como privado, en los últimos días ante un panorama de contagios masivo, no ha hecho más que ir preparando el terreno entre los cofrades de una situación que no se podía sostener por más tiempo, menos aún después del decreto de Estado de Alarma Nacional. Como ya hicieran en Sevilla, Murcia, Cádiz o Córdoba, que a lo largo de este sábado ya habían anunciado la supresión de sus desfiles procesionales, en Málaga tampoco habrá cofradías en la calle, como tampoco la habrá en Antequera o Vélez Málaga.

Al margen de su significación religiosa y social, la Semana Santa es también clave en la economía malagueña. De hecho, su aportación se cifra en alrededor de 102 millones de euros, según el último informe de la Cátedra de Estudios Cofrades de la Universidad de Málaga, auspiciada por la Fundación Lágrimas y Favores. Del gasto global, 53,7 millones se corresponden con el impacto económico directo, mientras que otros 48,9 son del efecto inducido en la producción de bienes y servicios. El sector hotelero y todo el segmento de restaurantes,bares y cafeterías serán algunos de los damnificados por la suspensión de las procesiones.

El día fue completamente frenético. El presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, estuvo en contacto permanente con el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, y el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, para consensuar el modo y el momento de comunicar la suspensión. También con otro presidentes de agrupaciones o consejos de Semana Santa de Andalucía. Finalmente, y ante la imposibilidad de demorar más una decisión que desde hacía días era inevitable, y quizás demasiado tarde para muchos, se anunció poco después de las cinco de la tarde la suspensión de las procesiones de Semana Santa.

El Estado de Alarma por los próximos 15 días, así como la evolución del virus, que ha golpeado de forma dramática en las últimas semanas, ha hecho que las autoridades sanitarias tomen cartas en el asunto, recomendando, en primer lugar, que la población permanezca en su casas y eviten los desplazamientos y en segundo lugar, limitando por decreto estos tránsitos. Ante esta situación, era muy difícil y poco comprensible que pudiera haber Semana Santa en Málaga. Por ello, y tras una mañana de intensas conversaciones entre Catalá, Atencia y De la Torre, los tres consideraron «responsable y necesario» suspender las procesiones de Semana Santa, así como todos los actos públicos previos a la misma (los traslados), y comunicar conjuntamente dicha suspensión, lamentando los inconvenientes que esto supone para las Cofradías y expresando su «agradecimiento por la colaboración de todos los cofrades malagueños en esta situación excepcional».

Catalá, Atencia y De la Torre animaron a los cofrades y a todos los fieles a vivir la Semana Santa «mediante la oración personal, a pesar de estas circunstancias adversas».

Los hoteles, resignados

La suspensión de las procesiones no cogió por sorpresa al sector hotelero, que desde hace varios días venía asumiendo que esta medida era inevitable, viendo la escalada de casos de Covid-19 en toda España. El representante de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) en Málaga capital, Manuel Camacho explicó que, después de conocerse ayer por la mañana que Sevilla había decidido cancelar los desfiles, era cuestión de horas que en la diócesis malagueña se adoptara la misma decisión.

«Estábamos ya todos esperándolo. Evidentemente, no es algo bueno, pero tendremos que seguir adelante, esperando a ver cómo evolucionan los acontecimientos. Ya no estamos hablando de un tema de economía, sino que va más allá de todo», apuntó. El representante de la patronal hotelera afirmó que, evidentemente, todo este parón de la actividad turística tendrá una gran repercusión en el empleo del sector, justo en unas fechas donde todos los años se reincorporan los trabajadores fijos-discontinuos a los hoteles y se empieza también a contratar personal extra de refuerzo.

«Ahora mismo, todo está parado, no existe contratación. Eso sólo se producirá cuando comience a volver la normalidad, Pero no sabemos en qué se va a traducir todo esto, hay que esperar un par de meses», afirmó. De entrada, las plantillas de indefinidos de los hoteles podrían recibir vacaciones para dejar un personal mínimo en los establecimientos.

Aehcos espera celebrar una reunión próximamente para analizar la situación, aunque todavía no hay una fecha fijada para la misma. La asociación ya anunció el pasado viernes que han creado una bolsa con establecimientos hoteleros cuyo objetivo es poner a disposición de Sanidad camas hoteleras para que sean utilizadas en caso de necesidad ante la propagación del coronavirus.

Preocupación en la hostelería

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), Javier Frutos, coincidió en que la supresión de la Semana Santa no les sorprende. «Ya sabemos la problemática que hay y que esto no se va a resolver rápido. Desde que se suspendió el Festival de Cine se veía venir. Lo que necesitamos es saber las medidas que se van a tomar para ayudar a las empresas a superar esta coyuntura. Estamos muy preocupados», apuntó. Mahos recordó que el 97% de la hostelería malagueña está formada por pequeñas empresas a las que un parón total de actividad que, como mínimo, va a durar dos semanas, puede abocarles incluso a la desaparición. Dar vacaciones a las plantillas es una opción, aunque el problema es que con el negocio cerrado los propietarios no facturan y tampoco podrán hacer frente a sus pagos.

Mahos remitió ayer sendos escritos al Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía en los que pedía medidas urgentes. «No podemos obviar que una industria tan frágil como la turística, que en seguida acusa los problemas -y sin duda el coronavirus es uno muy serio-, necesita de ayudas y apoyo para amortiguar la más que segura caída que va a sufrir. Y para remontar cuando toda la amenaza quede atrás», argumenta Frutos en sus misivas. La hostelería malagueña aportado 3.000 millones de euros anuales al PIB de la provincia y emplea a unos 80.000 trabajadores (con picos de 100.000 en verano).

«En las últimas horas se ha disparado el nerviosismo y la inquietud entre los miles de empresarios y emprendedores de la provincia -la mayoría, pymes y autónomos, como usted bien sabe-, que ven peligrar no sólo sus negocios, sino los puestos de trabajo que crean y mantienen con gran esfuerzo», explica.

El colectivo pide al Ayuntamiento la exención del pago del IAE de los locales de hostelería para 2020 y la exención de la tasa de ocupación de vía pública por las terrazas u otras. También la bonificación del IBI para aquellos que sean titulares del establecimiento o para los arrendatarios si, estos, aplican reducciones en el importe del alquiler. Los hosteleros solicitan también bonificaciones en la tasa de aguas durante el periodo que dure la crisis; coordinar las medidas municipales de restricción o limitación de movimientos y/o actividades con Mahos y las asociaciones locales; y la creación de un fondo de contingencia municipal, para ayudas al sector con los fondos de promoción y ejecución de actividades canceladas o no ejecutadas.

A la Junta, Mahos le reclama garantizar el suministro de los productos básicos para mantener una correcta higiene y poder aplicar medidas preventivas en los establecimientos de hostelería; una declaración institucional en apoyo a una moratoria del pago de los arrendamientos de los locales comerciales; la creación de un fondo de contingencia regional, para ayudas al sector, con los fondos de promoción y ejecución de actividades canceladas o no ejecutadas.