Una enfermera malagueña que esta mañana, a las 7, debía trasladarse a la base de ambulancias de Antequera, donde ahora mismo presta servicio, se encontró con la sorpresa de que su coche, estacionado en la calle Practicante Fernández Alcolea, en El Palo, había recibido cinco navajazos en dos de las cuatro ruedas.

La enfermera, que vive en una calle próxima, avisó a la Policía Local, que se ha ofrecido a dejarle una plaza en el aparcamiento de la comisaría, junto al Centro de Salud, para evitar que su coche vuelva a ser pinchado.

Como explicó a La Opinión el padre de la enfermera, su hija presentará mañana martes una denuncia en la Polícia. Además, tuvo que acudir a un taller de reparación cercano, donde le prestaron dos ruedas usadas, para poder acudir este lunes a la base de ambulancias, donde estos días acompaña a muchos afectados por coronavirus de la provincia.

La salvajada anónima le costará unos 300 euros, calculó su padre. Se da la circunstancia, explicó además, de que otra hermana también es enfermera y hace diez años estuvo en coma a causa de la epidemia de gripe A, que contrajo en su puesto de trabajo, al atender a pacientes contagiados.

"Esto no es una gamberrada, es algún vecino o vecino al que no le hace mucha gracias que mi hija viva cerca", lamentó y pidió al autor de este acto que "ojalá" no se vea afectado por el virus, hasta el punto de que "necesite ser trasladado en ambulancia" a algún hospital.