No debe ser fácil ver a tantos pacientes afectados por el coronavirus luchar por cada partícula de oxígeno con el fin de que la enfermedad no les venza. Una vez que se llega a esa fase, cuando la enfermedad casi ha ganado pero aún quedan fuerzas para seguir luchando, sólo el cariño y la profesionalidad que ponen en el cuidado de los pacientes, médicos, enfermeras y auxiliares, los tratamientos, cada vez más atinados, y los respiradores pueden sacar al afectado de la situación. Posiblemente muchos de los infectados no hayan pensado en sus vidas sobre uno de los mecanismos biológicos inconscientes que llevamos incorporados de serie, pero sí lo han hecho los miembros de un equipo multidisciplinar, conformados por médicos de la Consejería de Salud y Familias de la Junta e ingenieros de la Universidad de Málaga (UMA), que en tan sólo un mes diseñó, fabricó y homologó el respirador 'Andalucía Respira', un dispositivo clave en la lucha contra este virus dada la carestía de este tipo de recurso en todo el sistema público español.

En concreto, los profesionales que han participado en esta gran aventura de la medicina y la ingeniería andaluzas son profesionales del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) y de los hospitales Regional y Clínico de la capital.

La idea nace cuando los casos no dejaban de crecer por la pandemia y las previsiones eran desalentadoras, de forma que se hablaba ya abiertamente, hace poco más de un mes, de que en breve no habría respiradores para ayudar a los enfermos de coronavirus cuyo virus hubiera desembocado en una patología respiratoria aguda. Así, el cirujano cardiovascular del Regional Ignacio Díaz de Tuesta sacó del baúl de los recuerdos un proyecto ideado hacía tres décadas en su tesina. Tutelada por el cirujano torácico Gonzalo Varela, el trabajo de Díaz de Tuesta recogía el diseño de un respirador de altas prestaciones cuyo coste y producción eran reducidos por sus componentes físicos.

Así, el cirujano se reunió con el coordinador de la plataforma de ensayos clínicos del Hospital Regional y jefe de sección de la UCI de este centro, Miguel Ángel Prieto, con el gerente del Ibima, José Miguel Guzmán, y con más miembros de dicho instituto, junto a quienes estableció las bases del proyecto 'Andalucía Respira'.

Para el éxito del proyecto, era necesario contar con ingenieros, básicos en la consecución de un logotipo. Así, se adhirieron al proyecto los profesores de la UMA Víctor Muñoz y Carlos Pérez del Pulgar. Doctor en Informática y catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática, Muñoz efectuó el diseño conceptual, así como también trabajó con todos los dispositivos e impulsó su certificación, homologación y fabricación. «Ha sido un desarrollo muy completo durante algo menos de un mes, ya que hemos trasladado una idea inicial al campo de la ingeniería para hacer realidad un dispositivo que está preparado para hacer frente a la asistencia sanitaria frente al Covid-19», señala este ingeniero, quien añade que ha sido crucial la participación solidaria no sólo del equipo humano y de las instituciones, sino también de las empresas que ayudaron a dar forma al respirador, en cuya concepción se ha tenido en cuenta la simplicidad y la disponibilidad de todos los componentes dada las circunstancias.

Pérez del Pulgar, doctor en Ingeniería Mecatrónica, ha sido responsable del diseño electrónico y control del equipo, y comenzó a colaborar desde el primer logotipo, que se gestó en tres días. Para este primer modelo, se eligió una configuración basada en componentes industriales, con un alto grado de protección y robustez. Recuerda que fue con el que se realizó el ensayo con un animal, lo que demostró su viabilidad. Luego, se pasó a ensayar con un humano. «Me fue útil la experiencia en el desarrollo del robot médico ERM para todo este trabajo», destacó el ingeniero, quien reseñó su participación en el proceso de homologación que el equipo llevó a cabo con la empresa tecnológica Dekra. Su trabajo también tuvo mucho que ver en el desarrollo y valoración del software que incorpora el equipo para cumplir con todas las garantías de seguridad para el paciente.

Además, el maestro industrial de Veolia Antonio Santiago, que desarrolla su labor en el Clínico, tuvo un papel crucial en la configuración técnica del dispositivo. «Hemos trabajado fundamentalmente en el asesoramiento técnico de ciertas partes del equipo, así como en la coordinación y suministro de materiales en un mercado de difícil acceso debido al desabastecimiento de materiales», subrayó. También ayudó Salvador Bueno.

Para hacer posible que el prototipo fuese una realidad se necesitaba cumplir con una serie de mejoras hasta llegar al 'Andalucía Respira 5'. En el camino, numerosos médicos de los dos hospitales públicos aportaron conocimientos y experiencia para que el respirador fuera un éxito. Por parte del Regional, Miguel Ángel Prieto ha trabajado tanto en el desarrollo clínico, como en los distintos ensayos, en comprobar la seguridad y efectividad del producto, así como en la redacción de los documentos para su homologación, entre otras labores. «Ha sido un trabajo intenso en todas las fases desde sus orígenes», dijo. Además, ha participado en aspectos como la redacción definitiva de los documentos de consentimiento informado de pacientes, necesarios para los ensayos clínicos. A ello le ayudó Gloria Luque. Junto a Prieto, el anestesista José Luis Guerrero, del Clínico, aportó el conocimiento de la patología a pie de campo con los pacientes y la relación con la ventilación clínica y los cuidados críticos en el postoperatorio. Guerrero destacó su participación en la fase metodológica relacionada con los ensayos clínicos, «trascendentales en la luz verde a este respirador».

María Victoria de la Torre, intensivista y profesora de la UMA, Gonzalo Varela Simó, cirujano torácico y expresidente de la Sociedad Europea de Cirugía Torácica, y Emilio Muriel, FEA Medicina Intensiva del Regional, también asesoraron al resto del equipo médico.

Los requerimientos necesarios para la homologación de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) contó con muchas pruebas hasta homologar el respirador. En un primer momento, tras una fase de ejecución del primer prototipo en dos días, se completó con éxito la prueba en un pulmón artificial, después en un animal -en la que fue imprescindible la aportación del veterinario de la UMA Ricardo-González Carrascosa-, y posteriormente se realizaron dos ensayos clínicos en humanos: en el Hospital de Antequera el 30 de marzo y en el Virgen de las Nieves de Granada el 2 de abril. Además, también fueron necesarias pruebas del electromagnetismo del dispositivo, cuestión de especial importancia al incidir de manera directa en la seguridad del dispositivo (tanto para el paciente como para la interferencia con el resto del equipamiento sanitario de una UCI).

Este equipo multidisciplinar ha estado siempre apoyado por el cuadro de gestión del Ibima. De hecho, su gerente, José Manuel Guzmán, y el director de gestión, Juan Aranda, quien trabajó en la búsqueda de proveedores a nivel nacional e internacional, se implicaron desde el primer momento. También tuvieron un papel destacado en la coordinación e impulso del proyecto entre las instituciones, en los contactos en el sector industrial para organizar la producción y en la internacionalización del proyecto con el fin de ayudar a otros países.

En este proyecto, también participó la Unidad de Innovación y Transferencia de Tecnología de Ibima, que es parte de la Oficina de Transferencia de Tecnología del Sistema Sanitario Público de Andalucía (OTT-SSPA) y miembro de la Plataforma de Innovación en Tecnologías Médicas y Sanitarias (Itemas).

Tras pasar las fases de diseño, mejora y homologación del prototipo, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, visitó el 16 de abril la planta de producción de Fujitsu en Málaga, en la que catorce trabajadores afectados por un ERTE se han reincorporado a la fábrica para trabajar en la cadena de producción del respirador. Moreno destacó que, cuando se alcance el ritmo de producción de tres turnos, se fabricarán 480 unidades, siendo las trescientas primeras para el Servicio Andaluz de Salud, mientras que el resto estará a disposición de otras comunidades que lo necesiten, así como de otros países que ya se han mostrado interesados como Colombia, México o Ecuador.

Al presidente, además del propio Ignacio Díaz de Tuesta, lo acompañaron en la visita a la planta de producción el consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta, Elías Bendodo, el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, el presidente de Fujitsu, Tadayuki Kaneko, y el rector de la UMA, José Ángel Narváez.