La Opinión de Málaga ha celebrado esta semana una webinar en la que varios expertos analizaron las fuentes de financiación y liquidez de las empresas malagueñas tras la situación de crisis que ha generado la pandemia del Covid-19.

Moderado por el director de este periódico, José Ramón Mendaza, en este encuentro que tuvo lugar el martes participaron la secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga, Natalia Sánchez; el presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Sergio Cuberos y el director territorial de la entidad financiera Cajamar, Carlos Sánchez San Román.

Tras incidir y diferenciar claramente las pocas similitudes entre la actual crisis, ajena al sistema productivo y provocada por una pandemia sanitaria que ha obligado a paralizar la actividad empresarial más de tres meses, y la anterior de 2008, provocada por factores eminentemente económicos, el debate se centró en la búsqueda de los resortes que abran la liquidez en las empresas, pymes y autónomos que vuelven a su actividad tras muchas semanas de parón.

Con el estado de alarma llegaron los ERTE en todo tipo de empresas para aumentar el impacto de la pandemia. Ese impacto también ha sido muy importante en el mercado laboral, en la producción, en la distribución y el consumo.

Análisis de la situación

Natalia Sánchez, dio los primeros datos: «Desde finales de febrero a finales de abril, en Málaga se han perdido tras el coronavirus 6.700 empresas, 3.000 autónomos, y de un censo que 50.750 empresas, unas 24.000 de ellas solicitaron ERTE». Esta situación obliga a tomar medidas que desde la CEM pasan irremediablemente por «el papel protagonista de las empresas en la actividad económica», donde la liquidez para afrontar esta nueva etapa es decisiva para impulsar de nuevo el entramado productivo de Málaga y provincia.

Esa liquidez, según Sánchez, pasa por «facilitar líneas de crédito, bien con el ICO a nivel nacional o con el sistema Garantia a nivel de Andalucía», que aporten tesorería a las empresas no solo para el presente sino pensando en un futuro a medio plazo. Según el Banco de España, el 80 por ciento de las empresas ha visto disminuir sus ingresos.

«Entre el 80 y el 90% del tejido empresarial malagueño se ha visto afectado. El 40% no ha tenido ingresos, y el resto calcula que solo cubrirá una cuarta parte de sus ingresos».

Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio malagueña, aportó más datos que completan su radiografía de la situación: «la caída del PIB oscilará entre el 9,3 y el 14%. Se perderán casi 5.000 millones en ingresos y se destruirá una de cada cuatro empresas malagueñas con 150.000 empleos perdidos». Este es el panorama que desde la Cámara están contemplando y que requiere medidas extraordinarias y urgentes para aportar liquidez por parte del Gobierno, haciendo referencia a los 100. 000 millones que se anunciaron de los que de momento solo se han liberado 60.000.

Uno de los actores protagonistas más importantes en la obtención de liquidez para afrontar la recuperación económica son las entidades financieras. «Somos conscientes del papel tan importante de los bancos en la reactivación de la economía». Carlos Sánchez San Román, director territorial de Cajamar, dijo que lo primero que hicieron fue transmitir tranquilidad a sus clientes y después generar «múltiples medidas para generar liquidez con operaciones avaladas o no por el ICO, junto a otras medidas como moratorias hipotecarias de hasta 12 meses, de consumo, de tarjeta o el cobro por adelantado de las prestaciones por desempleo». San Román quiso incidir en la idea de que la suya y el resto de entidades financieras «no hemos querido captar negocio con esta situación» mientras reivindicó que «somos parte de la solución, no somos el problema».

Datos de las operaciones

San Román relató las dificultades que tuvieron en Cajamar para ofrecer liquidez a sus clientes debido a los constantes cambios que se iban produciendo, de un día a otro, en el decreto del Gobierno sobre los préstamos ICO. «Ya a finales de abril, nuestro primer cupo fue de 700 millones, lo completamos y nos ampliaron 300 millones más. Mil millones que hemos concedido a empresas pero sobre todo a pymes y a autónomos, con los que teníamos asignada más cuota».

Natalia Sánchez aportó los datos de Garantia, el sistema de préstamos avalados al 100% por la Junta de Andalucía, que a 25 de mayo había aprobado 4.400 operaciones por valor de 135 millones de euros. «Sobre todo -indicó Sánchez- destinados a pymes (comercios y hostelería) en ciudades grandes y también en municipios del interior de la provincia. Operaciones de liquidez primero hasta 50.000 y posteriormente hasta los 100.000 euros».

¿Serán suficientes?

El futuro es incierto en estos momentos y las líneas de crédito abiertas hasta ahora no se sabe si garantizarán una salida de esta crisis a corto o medio plazo.

«Necesitamos que la Administración entienda que esta situación es totalmente atípica», inició el debate Sergio Cubero, quien cree que los organismos oficiales deberían ser mas sensibles con el pago de impuestos (IVA, IRPF, Sociedades, etc.) y aplazarlos como mínimo a final del año, ya que con los aplazamientos a uno o dos meses, lo único que se hace es «comprometer la liquidez inmediata de la empresa», concluyó.

Una empresa, que para la representante de la CEM constituye «el eje de la recuperación económica futura, pero a la que hay que suministrar más medidas financieras para asegurar la liquidez», como serían completar los 100.000 millones que anunció el Gobierno a través de los préstamos ICO (hasta ahora se han liberado solo 60.000) o la reunificación de deudas para empresas a las que añadiría otras de carácter fiscal como los ya citados aplazamientos de impuestos a los que sumaría otros como el pago del IBI y la bajada del IVA al 4% para los productos de la protección de las personas.

Carlos Sánchez San Román indicó que su entidad había formalizado hasta la semana pasada en Málaga 2.000 operaciones por valor de 100 millones. «Esto saldrá adelante si las empresas salen adelante», matizó, e hizo hincapié en que las administraciones deben tomar conciencia de que hay que afrontar un largo periodo de medidas de tutela y protección, «por lo menos hasta medio plazo», destacó.

¿Y el futuro?

Una vez superada esa fase de brutal impacto económico en la estructura empresarial malagueña y ahora, que parece que sanitariamente se está doblegando al Covid-19, la primera pregunta que se hicieron nuestros tres expertos fue sobre el futuro de la economía malagueña.

«Hay que afrontarlo con optimismo», indicó Cuberos citando un dato que refuerza su tesis: en el primer trimestre del año 2020 las exportaciones de Málaga alcanzaron los 674 millones de euros (un 17% mas que el año pasado) y hubo un 21 % más de empresas exportadoras respecto al mismo trimestre de 2019. Además, durante la pandemia, la Cámara de Comercio expidió un 73% más de certificados de origen (los que necesita una empresa para poder exportar).

En la misma línea optimista se muestra Natalia Sánchez, quien cree que todos los actores de esta crisis deben trabajar «juntos, coordinados, y dialogados», para finalizar diciendo que «hay que confiar en la potencialidad de Málaga porque antes ya lo hemos demostrado».

Sánchez San Román piensa que las administraciones tienen que estar unidas para proteger a empresas y ciudadanos. «Esto es un periodo largo, y eso hay que tenerlo claro. Aprendimos la lección de anteriores crisis. Momentos nuevos como estos requieren medidas y soluciones nuevas. Tenemos que salir unidos de esta crisis. Las empresas tienen que levantar el país».

Conclusiones

Los tres expertos coinciden en que esta crisis es diferente a la del 2008. En esta oportunidad no es provocada por el sistema productivo y los bancos sí disponen de liquidez; además reivindican el papel de las empresas en la nueva actividad económica: son las que van a sacar al país de la crisis; hay que facilitar líneas de crédito (estatal a través del ICO, autonómico con el programa Garantia, e incluso en el ámbito local); hay que favorecer la liquidez de las empresas con otras medidas como el aplazamiento de pago de impuestos, moratorias hipotecarias, de consumo, etc. Pero no con plazos a dos o tres meses vista, sino más amplios; las empresas van a necesitar tiempo para afrontar sus obligaciones; hay que demandar que se liberen ayudas por parte de Europa. Por último, recalcaron que hay que seguir confiando en la potencialidad de Málaga.