La plataforma ciudadana Salvemos la Playa de San Andrés ha denunciado este miércoles el mal estado de la playa, que según su presidente, Miguel Carnero, «nunca la hemos visto así de mal».

El no haberse realizado el aporte de arena anterior a Semana Santa, a causa de la declaración del estado de alarma, ha hecho que la playa, a la altura de la glorieta de Antonio Molina, esté casi sin arena, con zonas de roca que el presidente de la asociación de vecinos Torrijos de Huelin, Francisco Moya, calificó de «peligrosas».

Miguel Carnero consideró «lógico» que la playa presente este estado sin la llegada prevista de la arena, pero también reclamó una solución para este verano, por lo que anunció que pedirá una reunión con el presidente del Puerto, Carlos Rubio, a la que también pedirá que asista el concejal de la Carretera de Cádiz, Luis Verde, así como representantes de la asociones de vecinos de Huelin y Parque del Mar.

El portavoz de la plataforma recordó que el pasado otoño, ya se celebró una reunión con el Puerto, en el que este informó de que, según un estudio, «la playa de San Andrés se regeneraba sola y lo único que había era que aportar un poco de arena para darle algo de anchura». A este respecto, el Puerto informó a los vecinos de que a partir de marzo se iban a aportar 35.000 m3, la cantidad restante a la que en su día se comprometió el Puerto para compensar la pérdida de arena por la construcción hace unos 20 años del espigón portuario. A este concurso se presentaron ocho empresas, con un presupuesto que rondaba los 400.000 euros, informó el portavoz.

Como explicó Miguel Carnero, la playa de San Andrés tiene este problema cíclico desde que hace dos décadas, «y el aporte de arena no es la solución porque eso es tirar el dinero público», subrayó. Por otro lado, la plataforma ciudadana puso en duda que la playa se regenere sola, como puede comprobarse estos días.

Por este motivo, como informó La Opinión, hace unos años los vecinos presentaron a Costas la propuesta de una isla o espigón central para la playa que ayudara a frenar la pérdida de arena. «Costas nos dijo que era una idea que ya tenían ellos», recordó Miguel Carnero.