Una orografía complicada, accesibilidad deficiente y sin equipamientos bancarios, de mensajería o telecomunicaciones. El combinado perfecto para que un pueblo de interior sufra y sea testigo de cómo la despoblación vacía progresivamente sus casas, un fenómeno que afecta a 45 municipios malagueños desde hace 20 años y que se ceba especialmente con el Valle del Genal, la Alta Axarquía y Guadalteba.

Los más afectados, seis municipios de esas tres comarcas malagueñas, que desde el año 2000 han perdido más del 20% de sus habitantes. El primero de ellos, Jubrique, con una pérdida del 37% de su población, seguido de Genaguacil, Benarrabá, Canillas de Aceituno, Alfarnate y Cañete la Real. Entre un 10% y un 20% de pérdida poblacional se encuentran 18 pueblos malagueños y otras 19 localidades han experimentado una bajada de en torno al 10%.

Por otro lado, la carencia de los servicios más básicos y esenciales como contar con una oficina de Correos es un imposible a día de hoy para 25 municipios y hasta 24 presentan problemas de movilidad y accesibilidad viaria.

Esto ha supuesto que, pese a que la provincia cuente con expectativas de aumentar hasta en 110.000 personas su demografía hasta 2030, haya un gran desequilibrio demográfico, que abandona el pueblo en busca de las urbes costeras. Así lo ha manifestado el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, en un foro nacional impulsado por la institución supramunicipal, "Málaga para mover España: innovación y tecnología, aliadas por el reto demográfico". Salado ha expresado que los cambios sociales que la pandemia ha traído consigo, como la huida de los lugares masificados y la preferencia por lugares aislados, pueden ser toda una oportunidad para el entorno rural:

"Hemos palpado en estos meses de pandemia que el orgullo y la seguridad de vivir en un pueblo del interior se ha acrecentado y eso es un posicionamiento importante para luchar contra la despoblación, los ciudadanos se han sentido más seguros en los pueblos del interior, eso es una fortaleza", ha recalcado Salado, para quien la lucha contra la despoblación es uno de los grandes retos de su legislatura, que vendrá de la mano de la colaboración público-privada y para la que asume una estrategia con efectos "a medio y largo plazo".

Un plan por la Conectividad

Dentro de la Estrategia Global de Lucha contra la despoblación, en la que ya se trabaja desde hace dos años desde el área de Ciudadanía y Atención al Despoblamiento del territorio, dirigida por Natacha Rivas, delegada de Innovación Social y Despoblamiento, el presidente de la Diputación de Málaga apuesta por un gran "Plan por la Conectividad" en la provincia que garantice el acceso a las nuevas tecnologías para toda la población, un revulsivo para que los ciudadanos se queden en sus pueblos o bien, las zonas rurales consigan atraer a los moradores de las zonas metropolitanas.

"Uno de nuestros grandes objetivos es lograr un pacto por la conectividad de la provincia, que garantice la igualdad de acceso a las telecomunicaciones y a las nuevas tecnologías en nuestro territorio. Luchar contra la exclusión financiera es otra prioridad y las nuevas tecnologías son nuestro mejor aliado", ha explicado Salado, que ha anunciado además el establecimiento de tres niveles de emergencia poblacional tras un estudio de Diputación: en rojo, el más grave, se encuentran 21 municipios, y en naranja y amarillo una docena de pueblos respectivamente.

"Hemos puesto ya en marcha distintas medidas y, desde luego el mantenimiento y mejora de los servicios públicos básicos es primordial", ha añadido el presidente de la Diputación de Málaga. "Ello lo vamos a hacer en coordinación con la Junta de Andalucía. Les hablo de la asistencia sanitaria y educativa, pero también del abastecimiento de agua, de la recogida y tratamiento de residuos y, muy especialmente, de la cobertura de telecomunicaciones".

Han asistido al foro el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo; la secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación, Teresa Riesgo; la presidenta de la Fundación I+E y de Hp España y Portugal, Helena Herrero; el director general de la Fundación I+E, Renato Del Bino; el presidente y consejero delegado de Alstom España, Leopoldo Maestu; el responsable de Estrategia, Relaciones Públicas, Marketing y Comunicación de Ericsson, Iván Rejón; el presidente de Pfizer, Sergio Rodríguez; y el director territorial de Caixabank en Andalucía Oriental y Murcia, Juan Ignacio Zafra.