La economía andaluza podría descender en 2020 entre un 9,8% y un 13% debido al impacto generado por la crisis del coronavirus, sin que pueda descartarse un mayor impacto si la situación sanitaria se agrava, según se recoge en el último informe elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco. La entidad empeora así los primeros pronósticos elaborados en mayo, cuando se auguraba un descenso de entre el 8,4% y el 11,5%.

También se prevé un "significativo impacto" sobre el empleo, que podría disminuir en el promedio de 2020 entre un 8% (lo que se traduce en 250.000 menos que en 2019) y un 12,4%, lo que situaría la tasa de paro entre el 27,4% y el 29,6%, en caso de que el ritmo de recuperación de la actividad fuese más lento de lo esperado.

A partir del segundo trimestre de este año, la actividad comenzaría a recuperarse. Para 2021, las estimaciones apuntan a una recuperación tanto del Producto Interior Bruto (PIB), que tendría un crecimiento de entre el 7,1% y el 8,2%, como del empleo, que subiría entre un 4,9% y un 7,9% para el promedio del año. La tasa de paro se situaría entre el 23,9% y el 25,3%.

El informe sostiene que la crisis sanitaria del coronavirus ha tenido un impacto sobre la actividad en el primer semestre del año "superior al previsto", por lo que las previsiones de crecimiento para 2020 y 2021 han sido revisadas a la baja por los principales organismos internacionales. En el caso de Andalucía, las estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía apuntan a un "notable descenso" del PIB y del empleo en la comunidad.

Según los últimos datos de la Contabilidad Regional Trimestral de Andalucía, relativos al primer trimestre de 2020, el PIB ha disminuido con respecto al trimestre anterior un 5,4%, registrándose una variación del -4,3% en términos interanuales. La demanda interna restó 4,7 puntos porcentuales) al crecimiento, con un fuerte descenso, tanto del consumo de los hogares (-7,1%) como de la inversión (-6,6%), mientras que el saldo exterior habría tenido una aportación positiva de 0,4 puntos.

Desde la perspectiva de la oferta, y según datos publicados por el IECA, el descenso del Valor Añadido Bruto (VAB) ha sido generalizado, salvo en las ramas de actividades financieras y seguros, y de Administración Pública, sanidad y educación, siendo especialmente significativa la caída registrada en la industria (-9,4%), la construcción (-8,3%) y los servicios (-3,3%) y, dentro de estos últimos, en comercio, transporte y hostelería (-8,8%), rama de actividad que representa una quinta parte del PIB andaluz y alrededor del 30% del sector servicios.

Los datos disponibles para el segundo trimestre apuntan a una cierta recuperación a partir de mayo. En esta línea, la pérdida de afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en los meses de mayo y junio, aunque en términos interanuales ha registrado una caída del 5,7% con respecto al segundo trimestre de 2019. Entre abril y junio, el número medio de trabajadores afiliados ha aumentado en casi 32.000, tras descender aproximadamente en 177.500 entre febrero y abril. De este modo, en junio, la afiliación media asciende a 2.993.377 empleados, por lo que en la primera mitad del año la bajada del empleo habría sido del 2,5% en términos interanuales.

El gabinete de estudios de Unicaja Banco recuerda que los distintos organismos internacionales coinciden en señalar que la pandemia del coronavirus ha provocado "la recesión económica más grave desde la Segunda Guerra Mundial", lo que ha llevado a los gobiernos y los bancos centrales "a implementar medidas excepcionales para apoyar a los sistemas sanitarios y sostener las rentas de los hogares y el tejido productivo".

Pese a ello, la pandemia ha tenido un impacto sobre la actividad en el primer semestre "más negativo de lo previsto" y se espera que la recuperación "sea más gradual de lo inicialmente pronosticado" dada la incertidumbre que rodea la evolución del virus, a la que se une la relativa a "la futura relación comercial entre Reino Unido y la UE y el devenir de las políticas proteccionistas que pudieran aplicar los principales bloques económicos".

En este contexto, los principales organismos internacionales han empeorado sus previsiones de crecimiento de la economía mundial. La OCDE prevé que el PIB mundial descienda este año un 6%, pudiendo alcanzar el 7,6% en caso de que se produjese un segundo brote que derivase en nuevas medidas de confinamiento. Por su parte, el FMI ha situado el descenso en el 4,9%, con una mayor contracción para las economías avanzadas y, en particular, para la Zona Euro.

La española será una de las economías europeas que registre una mayor contracción de la actividad en 2020, estimando el Banco de España una caída del PIB que puede oscilar entre el 9%, en un escenario de recuperación temprana, y el 11,6%, en uno de recuperación gradual, si bien este organismo no descarta un mayor descenso en un escenario más desfavorable de "recuperación lenta" (-15,1%), que incluiría la posibilidad de confinamientos estrictos adicionales.

En este sentido, en el primer trimestre del año, el PIB descendió un 5,2% en términos intertrimestrales, siendo la caída interanual del 4,1%. Tanto el consumo de los hogares como la inversión se han contraído por encima del 5,5%. Igualmente, se registró un descenso en la mayoría de ramas productivas, especialmente acusado en la industria manufacturera y la construcción y, dentro de los servicios, en las ramas de comercio, transporte y hostelería y actividades artísticas y recreativas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).