La semana pasada, la Gerencia de Urbanismo inició el desbloqueo de un litigio urbanístico de 14 años, cuyos gruesos expedientes hay que transportar en un carrito.

Poco antes, desde final de julio, una pancarta denunciaba en la fachada del edificio objeto del litigio que se habían cumplido «13 años» (en realidad, 14), de esta «obra ilegal en un edificio protegido».

El inmueble en cuestión es el número 5 de la plaza de María Guerrero, frente al solar del cine Astoria. De estilo regionalista, tres plantas y protección arquitectónica de primer grado, fue construido hacia 1910 y se atribuye al arquitecto Daniel Rubio, el autor del Mercado de Salamanca.

A partir de 2006, el propietario del tercer piso y el ático construyó en este último -donde con anterioridad se encontraba la vivienda del portero- dos casetones con una licencia de obra de menor, actuaciones calificadas como «muy graves» por la Gerencia Municipal de Urbanismo. Además, realizó un nuevo forjado por el que obtuvo una ampliación bajo cubierta.

«En el ático se había hecho un cortijo», describe Ana Cañero, profesora jubilada y vecina del inmueble, donde lleva viviendo desde su nacimiento y la persona que colgó la pancarta de protesta.

A partir de ahí, se produjo una catarata de expedientes urbanísticos, con 11 multas coercitivas, una multa de 32.805 euros y tres ordenes de demolición y restablecimiento de la legalidad urbanística.

Sin embargo, muchos de estos procedimientos caducaron, algo que para María José Medialdea, abogada de Ana Cañero, se debió «a que la Gerencia de Urbanismo no tuvo la observancia debida». La letrada también alude a la «habilidad» del demandado para dilatar los expedientes: «En uno de ellos hay hasta 13 intentos de notificación personal», explica a este diario.

Por otro lado el propietario del ático, entre otros aspectos, sostuvo que la protección arquitectónica de primer grado sólo afectaba a la primera crujía del inmueble, así que el litigio también pasó a los juzgados.

Como señala Ana Cañero, al construir las casetas «empezaron a salir grietas y humedades en toda mi casa», algo que en su opinión se debió a la sobrecarga. La vecina llevó a juicio al propietario del ático pero la demanda fue desestimada por presentarse fuera de plazo.

El demandado, por su parte, achacó las grietas a problemas como los «deficientes y obsoletos bajantes que no se cambian», con filtraciones que afectan a la cimentación, entre otros puntos, al tiempo que señaló a este periódico que en el edificio no se invertía en conservación y mejoras desde 2006.

Sí siguieron adelante dos procedimientos contenciosos administrativos, el primero de los cuales ha obligado recientemente al propietario a demoler la ampliación bajo cubierta, mientras la sentencia del segundo, que le obligaría a echar abajo los casetones, la recurrió en apelación.

La reunión

El conflicto podía haber seguido por el doble cauce urbanístico y contencioso-administrativo, cada parte con sus argumentos y demandas y un probable aumento de los expedientes y las multas, pero la pasada semana se produjo una crucial reunión en la Gerencia de Urbanismo que, de momento, ha desatascado este problema de 14 años.

El concejal de Urbanismo, Raúl López, se reunió el pasado miércoles con el dueño del ático, acompañado por la plana mayor de la Gerencia. Raúl López explicó a La Opinión que le pidió «un gesto» para que mostrara una actitud constructiva, lo que conllevaría archivar uno de los expedientes de infracción urbanística, «y luego, como a cualquier ciudadano, presentar un proyecto y te ayudamos, te decimos si se puede o no hacer».

Ese gesto consistía en demoler uno de los dos casetones del ático. Finalmente, el gesto irá a más: El propietario anunció el pasado viernes a este diario que «en septiembre mi propuesta va a ser buena y rápida: tirar los dos casetones y presentar un estudio de detalle sin aumentar la volumetría por arriba y lo que está legal hacerlo con más gracia. Si llegamos a un acuerdo no tengo miedo en derribarlo rápido. Creo que es un planteamiento que les va a encajar y les va a sorprender. Desde la calle no se va a ver nada», precisó.

El propietario señaló también que incluso estaría dispuesto a retirarse de la vía judicial, dado que mostró su confianza en las palabras del concejal.

Por último, resaltó su deseo de que la solución del problema dé paso a la recuperación total del inmueble.

Por su parte Raúl López, que conoció la decisión de demoler los dos casetones por La Opinión, se congratuló por la medida y resaltó que el diálogo puede ayudar a encauzar los conflictos urbanísticos.

La salida de este 'laberinto' de expedientes está más cerca.