Los hosteleros del barrio de Pedregalejo comienzan a poner el grito en el cielo ante la situación que están viviendo debido al coronavirus. «Las nuevas medidas son un golpe muy duro para la hostelería, a partir de las 12 de la noche no podemos recibir más clientes. Hemos perdido en torno a un 30% de la caja», asegura a este periódico Juan Zafra, jefe del bar 'El Periplo'.

Como otros locales, 'El Periplo' trata de adaptarse a las nuevas medidas que el Gobierno instaura con el fin de combatir el virus. «Lo que llevan peor los clientes es el no poder fumar en las terrazas. Esta medida está siendo más difícil que la entiendan. Nosotros no ponemos ceniceros en las mesas y tan pronto como alguien enciende un cigarro, se le dice que lo apague», destaca Zafra. Carlos Torres, jefe del bar 'Swan', también ubicado en Pedregalejo, afirma que «hay clientes que después de tomarse una copa les apetece fumarse un cigarro. Con la nueva medida prefieren quedarse en casa».

El jefe de 'Swan' señala que en comparación con junio de 2019, ha sufrido un 42% de pérdidas en las ventas en el mismo mes de este año: «Y en julio la pérdida ha sido cercana al 50 por ciento», indica. De cara al final de verano, y durante el invierno, Zafra cree que será un período «fatídico» para la hostelería, especialmente en Pedregalejo, barrio donde se han extendido bulos sobre posibles contagios en los restaurantes y bares: «Creemos que se está castigando demasiado a Pedregalejo en ciertos temas. Porque dos bares del barrio lo hagan mal, se señala a todos. En lugar de decir quién lo hace mal, se señala y amplía a todo Pedregalejo. Esto daña mucho la zona y se está notando bastante».

«Según uno de estos bulos, nosotros estamos cerrados, pero mira cómo estamos realmente», indica una de las empleadas de 'El Periplo', señalando a los clientes de la terraza del bar.

Los hosteleros de Pedregalejo también notan la disminución del turista extranjero, que si bien no es el cliente más habitual, es una parte importante de los usuarios: «Dependemos de un 35% de los extranjeros, que vienen en horas muertas, después de desayunar o de 18 a 19, que es cuando viene menos gente», destaca Torres, que al mismo tiempo señala los incentivos que el Gobierno británico ha diseñado en el país para promover el turismo nacional, además de la cuarentena que el Ejecutivo de Boris Johnson impone a los viajeros que vuelen desde España. «Hay que incentivar a que la gente se gaste el dinero aquí, en España», apunta Torres, que destaca que el final del verano va a ser «muy complicado».

«Ya dábamos el año por perdido, aunque hemos podido abrir después de la cuarentena acompañando a cada fase. Es muy fácil marcar a la hostelería como un problema».