¿Por qué se presentó a estas primarias?

Llevo año y medio en Vox Málaga y, a lo largo de este tiempo, he visto una caída de afiliados o a una serie de personas que han dimitido de distintos cargos. He visto una pérdida de la ilusión y cómo se ha dejado de lado a personas de gran valía. Los desencuentros con el actual presidente no han sido buenos. Yo fui coordinador en Alhaurín de la Torre. Mantenía una relación con José Enrique Lara, a título personal, correcta; pero no me gustaba la forma en la que él gestionaba el partido y cómo se dirigía a los coordinadores. Cuando uno no está conforme con el jefe de la estructura, lo más honrado es dimitir. Y, entonces, presenté mi dimisión. Con la finalidad, ya posterior, de buscar con otro grupo de personas la forma de cambiar ese estilo de tratar a los demás y de gestionar el partido.

¿Qué objetivos tiene su proyecto?

Después de estas elecciones primarias, el partido va a quedar tocado inevitablemente. Unas primarias provocan, en cualquier grupo, división. Aquí han aparecido cuatro candidatos alternativos más el candidato oficial, el actual presidente. Eso hace que, a veces, se digan cosas que en una situación normal no se dirían y pueden provocar roturas en el tejido del partido. Mi primer objetivo es conseguir la unión del partido. Si un presidente no consigue ese consenso y esa ilusión, no ha conseguido nada. Nuestro proyecto también persigue que las estructuras del partido se organicen. En verdad, están organizadas pero no se cumple lo que dicen los estatutos. En la actual dirección, hay una confusión de cometidos. Hay que dejarle suficiente independencia a los vicesecretarios y darle autonomía a los coordinadores de ciudades y pueblos. No se puede estar encima de ellos permanentemente. Y en la designación de los candidatos -ya sea para un ayuntamiento, el Congreso o el Parlamento andaluz- hay que huir del amiguismo. Hay que buscar la mejor preparación y apostar por la meritocracia.

¿Por qué hubo buenos resultados en las elecciones regionales y nacionales pero fracasó la candidatura al Ayuntamiento de Málaga, en la que usted fue el número 4?

Cuando un partido tiene los problemas que ya he dicho es porque algo no está funcionando bien. El jefe de ese comité provincial debe estudiar por qué está pasando eso. Debe mirar cómo se ha nombrado a los candidatos o por qué hemos tenido tan pocos votos en la candidatura al Ayuntamiento de Málaga, con la que no llegamos ni al 5% y no tuvimos opción a nada. Es curioso que en las elecciones municipales, que se celebraban al mismo tiempo que las europeas, había personas que echaban el sobre de Vox para las europeas y el del PP para el ayuntamiento.

¿Tiene la dirección provincial la culpa de ‘espantadas’ como la de Lucía Cuín?

El Comité Ejecutivo Provincial es el responsable, para bien o para mal, al confeccionar las listas. Hay sitios en los que se ha fracasado y esa elaboración de las listas ha provocado un gran quebranto. Si lo hubiese hecho bien, lo estaría felicitando. No lo ha hecho bien, usted es el responsable. Tenía información y los suficientes datos para ver que esa persona no era la adecuada para ese puesto.

¿Qué ha aportado Vox, a nivel nacional, en una situación como la de la pandemia?

Vox ha dicho cosas que ningún partido se atreve a decir por aquello de lo políticamente correcto. Tenemos los mejores líderes que cualquier partido podría tener: Santiago Abascal, Javier Ortega, Macarena Olona…Ellos saben decir las cosas alto y claro.

¿Se imagina Vox sin Abascal al frente?

Si en su día Santiago Abascal decide que no quiere seguir al mando de la nave, tenemos un grupo muy bueno de personas que están ahí. En mi opinión, a Santiago Abascal le queda mucho recorrido. Y ojalá sea así.

¿Es su partido de ultraderecha?

Son etiquetas que ponen. Igual que, a veces, cuando he ido a alguna reunión me han llamado facha. La gente lo dice en plan de insulto. Cuando estás en política, tienes que asumir que te van a decir muchas cosas. Yo creo que no somos un partido de ultraderecha. Somos una derecha verdadera. Lo que pasa es que el PP perdió la ideología. El PP,que dice ser de ‘centro-derecha’, en todo caso sería un partido de ‘centro-socialdemócrata’. Vox es la verdadera derecha, defiende los valores de la derecha. El PP no los defiende. Rajoy asumió todas las leyes nefastas que puso en marcha Zapatero. Y, después, ha venido la segunda edición de Zapatero, que es Pedro Sánchez, y ha mejorado las leyes para ellos. Está creando un verdadero problema. La última es la ley de la eutanasia.