Los responsables vecinales de Los Prados calculaban en una conversación con el firmante, a comienzos de siglo, que fue hacia 1928 cuando se empezó a construir la actual estación de tren, casi origen del barrio y propiedad entonces de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces.

El barrio sin embargo es un poco anterior, comentaban, y vino de la mano del paso del ferrocarril por la zona en 1906.

Sea o no preciso este dato, lo cierto es que antes de esa fecha, por los alrededores vivían algunos vecinos dedicados a trabajar en los cortijos cercanos como el recién demolido de Sánchez Blanca, de ahí que esas primeras casas próximas al cortijo fueran conocidas como los Portales de Sánchez Blanca.

En concreto, informaban los vecinos hace dos décadas, Los Prados se fue levantando sobre las tierras de las fincas de Juan Aguilar, la Vereda de Santa Justa y el Lagar de Santa María.

De los primeros tiempos, alrededor de su bonita estación, nos ha quedado un precioso testimonio, doblemente valioso porque, aparte de ser un conjunto de casas de las más antiguas de la zona, la mayoría de sus elementos continúan intactos y uno de ellos sólo podemos encontrarlo ya en las fotos antiguas.

Porque si examinan algunas casas mata de Málaga de los años 20 y 30, las que contaban con un pequeño jardín solían tener una valla de madera, muy sencilla, que delimitaba la propiedad pero sin los ánimos 'defensivos' de la actualidad, pues dejaba ver la vida que se desarrollaba en ella.

Con el paso de las décadas, las vallas de madera en muchos barrios dieron paso a vallas de hierro forjado, en bastantes casos rematadas a modo de flechas, pero incluso en la búsqueda de más privacidad y más 'defensas', a su vez dieron paso a espesos setos vegetales, muros de ladrillo o los recios sistemas defensivos de nuestros días, cuando muchos chalés se asemejan a pequeños e inexpugnables búnkeres.

En Los Prados, sin embargo, todavía queda una hilera de chalés, en su mayoría con esas modestas vallas de madera que dejan ver unos jardincitos llenos de encanto. En concreto se encuentran en la calle Estación de Los Prados y como informaba hace unos días la propia asociación de vecinos, se trata de unas viviendas en alquiler, conocidas como los Portales de Renfe, que pertenecen a Adif. De hecho, en el PGOU aparecen con la misma clasificación que las vecinas vías del tren y el resto de la zona ferroviaria.

Josefa Díaz, vecina de Los Prados, recuerda cómo los niños del barrio acudían en el pasado a esta calle porque en una de las casas vivía una profesora, Evangelina, que daba clases particulares de todo, desde costura a escritura a máquina.

¿Están protegidas estas modestas viviendas de las que quedan tan pocas en Málaga? Si no lo están, deberían, por su encanto y singularidad.