Las administraciones de lotería malagueñas alertan del descenso de su actividad y coinciden en afirmar que la venta de décimos en ventanilla ha descendido hasta un 40%, respecto al mismo periodo del pasado año. La falta de turismo, las consecuencias económicas derivadas de la crisis del Covid-19 o las limitaciones en las reuniones sociales son algunas de las causas que esgrimen los propietarios de estos negocios para justificar la caída de sus ventas.

Esta alarmante situación se agrava de cara a la campaña del Sorteo Extraordinario de Navidad. La Agrupación Nacional de Administraciones Provinciales de Administradores de Lotería (ANAPAL) advierte que el descenso en la venta de décimos de este sorteo sería del 30%, según una encuesta realizada a más de 400 administraciones de todo el país. De este modo, la agrupación cifra en 1.200 millones de euros la pérdida previsible, derivada de la caída de la venta de la lotería de Navidad.

«En las zonas turísticas, como Málaga, este descenso se está notando más porque la venta en ventanillas apenas se produce» explica Josep Manuel Iborra, presidente de ANAPAL. Además, advierte de que la venta en empresas, asociaciones, peñas y demás colectivos de esta índole está siendo prácticamente inexistente.

Así, más de 14.000 empleados podrían ver peligrar su puesto de trabajo si esta situación no se revierte, alerta Iborra, ya que cada administración de lotería cuenta con una media de dos empleados. Por ello, ANAPAL ha solicitado una ayuda económica a Loterías y Apuestas del Estado para ayudar a los distintos puntos de venta a hacer frente a los gastos derivados de este sorteo extraordinario.

Dramático descenso

«Me acaban de llegar los décimos de El Niño y no me caben porque todavía no hemos vendido los de Navidad. En esta fecha ya habría tenido que pedir dos o tres veces más a Madrid», explica Mónica Azuaga, administradora de La Malagueña. «Esta calle en estas mismas fechas era otra cosa, hemos tenido colas que llegaban a la plaza de la Constitución», relata Miguel Ángel Jiménez, administrador de El Gato Negro. Las administraciones de la ciudad asisten impotentes a ver cómo el número de sus ventas no deja de caer. ¿La previsión para navidad? «Catastrófica», resuelve tajante Antonio Vicente Carmona, administrador de Sota De Oros, que achaca este descenso a la falta de movilidad y turistas: «No ha habido feria, ahora viene un puente y no vienen viajeros... todo eso son ventas que se pierden».

A la falta de turismo, se suman las dificultades económicas, que también están haciendo mella en la actividad de estas administraciones. Sus propietarios aseguran, por tanto, que la compra de décimos por persona también ha sufrido una dramática caída: «Antes cada cliente podía llevarse cuatro décimos, ahora se llevan un décimo cada cuatro», explica Azuaga. «Entran las mismas personas pero se gastan menos de la mitad, no ha bajado el número de clientes sino el porcentaje de lo que gasta», continúa Carmona.

La realidad de las administraciones de lotería ha dado un giro de 360º. De las colas kilométricas a clientes que entran a cuentagotas. De pedir remesas de décimos a no poder almacenarlos todos en la administración. De repartir ilusión a perderla por completo. Sin ir más lejos, hace menos de un año, Paqui Fernández abría su administración un 6 de enero para celebrar que El Rey de Oros había repartido el segundo premio del Sorteo Extraordinario del Niño. Hoy, esta administradora solo pide poder recuperar, al menos, todo el volumen de ganancias perdidas durante el tiempo que su negocio ha permanecido cerrado. «Y que no nos confinen ahora, de cara a navidad, que es cuando nosotros podríamos remontar», suplica.