Al igual que a quienes tienen que aprobarlos no les salen las cuentas, hay peajes que no cuadran en relación a la negociación de la aprobación de los presupuestos que se llevan a cabo tanto en Madrid, para el Gobierno de España, como en Sevilla, para la Junta de Andalucía. Allende Despeñaperros, salta a la palestra la eliminación del castellano como lengua vehicular y eso ya da idea de lo dispuestos que están algunos a ‘sacar tajada’ estirando el chicle que no tiene bajo su control el Ejecutivo progresista de PSOE y Unidas Podemos. Y aquí, en el sur del sur, casi igual con Vox especulando y dejando que lo que sucede por otras cuestiones en Madrid le salpique al Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos, al que teóricamente le presta apoyo parlamentario.

Todos los movimientos que se producen invitan a leer entre líneas. Instantes después de que el pasado miércoles fuera sometido a su aprobación en la reunión semanal del Consejo de Gobierno de la Junta, los consejeros Juan Bravo y Rogelio Velasco le hicieron entrega del proyecto de Ley de Presupuestos a la presidenta del Parlamento de Andalucía, Marta Bosquet. De este modo, el Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos ha seguido desarrollando tal y como tenía previsto la tramitación de los presupuestos de 2021, a pesar de que aún no cuenta con el apoyo que en los dos ejercicios anteriores le prestó Vox.

El grupo parlamentario del partido de derecha ‘congeló’ su actitud colaborativa en la Junta después de que el PP votara en contra de la moción de censura contra el socialista Pedro Sánchez que fue defendida por Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados. Horas después de que Pablo Casado expresase su rechazo en la madrileña Carrera de San Jerónimo, Vox llegó incluso a cancelar su participación en una reunión enmarcada en las negociaciones abiertas por el consejero andaluz de Hacienda y Financiación Europea, Juan Bravo, con vista a la aprobación de los presupuestos del próximo año.

Dado que aún no cuenta con el consenso necesario para sacarlos adelante, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, le ha pedido reiteradamente en los últimos días a todos los grupos políticos que apoyen el presupuesto andaluz. Y al presentar el anteproyecto, Bravo repartió cariño para todos por igual y, ante la duda sembrada por Vox, elogió la altura que, a sus ojos, muestra la clase política en esta situación.

La ‘marcha atrás’ provisional de Vox coincidió con la entrada en escena de un posible apoyo socialista que le diera luz verde a los presupuestos andaluces. En una entrevista de La Opinión de Málaga, la secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, aseguró que «estaríamos dispuestos a llegar a la aprobación del presupuesto y ofrecer nuestros votos para sacar adelante unas cuentas autonómicas para 2021 que impulsen la sanidad, la educación y el empleo». No obstante, Díaz lamentó que «las fuerzas políticas al frente de la Junta, PP y Cs, quieran seguir entregadas a la ultraderecha», a la vez que insistió en la «lealtad y sinceridad de la oferta socialista de negociación y colaboración para la aprobación de los nuevos presupuestos».

La sombra del no adscrito

A casi nadie se le escapa ya que, de un tiempo a esta parte, todo lo relativo a la figura del concejal en Málaga capital y diputado provincial no adscrito Juan Cassá es material sensible e inflamable. Las secuelas del cisma entre el PP y Ciudadanos causado por su ingreso en la órbita popular se han mantenido estas últimas fechas especialmente activas en la sede de la Diputación.

Hace unos días, el partido naranja le solicitó al presidente provincial, Francisco Salado, que «cese de sus responsabilidades a Juan Cassá, cuya situación de tránsfuga queda acreditada tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso de un concejal valenciano». Sin embargo, una semana después de esta petición Salado hizo pública una remodelación de su equipo de gobierno de la que el político asturiano ha salido totalmente ileso y sigue gozando de sus cometidos -con sus consiguientes retribuciones- como portavoz gubernamental y en materia de relaciones institucionales.

Mientras la herida en el seno de la institución provincial sigue abriéndose, el portavoz del PSOE en la Diputación, José Bernal, no dudó en aprovechar la coyuntura para meter baza. A juicio del exalcalde de Marbella, «Salado ha vuelto una vez más a ningunear a su socio de gobierno en la Diputación y, no lo olvidemos, al socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía. «Salado ha reestructurado el equipo de gobierno de la Diputación sin atender la petición de su socio de gobierno; Cassá continúa como portavoz del gobierno de la Diputación y como delegado de Relaciones Institucionales», insistió Bernal.

Precisamente, la controvertida relación de Cassá con el entorno socialista también ha saltado a la palestra recientemente. La secretaria general del PSOE andaluz y expresidenta de la Junta, Susana Díaz, aseguró en la entrevista concedida a este periódico que la formación socialista nunca tuvo la intención de presentar una moción de censura para arrebatarle a Francisco de la Torre la alcaldía capitalina.

Sin embargo, no se hizo esperar la reacción de un Cassá que anda especialmente activo -adula constantemente al PP y se jacta de las noticias negativas sobre Cs- con muchas ganas de hacer méritos ante sus ‘mecenas’ populares. El ‘asturiano no adscrito’ manifestó en Twitter que «el PSOE de Andalucía, en su línea, mintiendo y tergiversando datos; por supuesto que querían hacer moción de censura tanto en Ayuntamiento como en Diputación de Málaga». «Y el único motivo por el cual no se llevaron a cabo fue mi oposición. Si esas mociones que el PSOE de Málaga deseaba se hubieran llevado a cabo, tened por seguro que no me llamarían tránsfuga. Como tampoco les preocupa el transfuguismo real y patente que les dio la alcaldía de Torremolinos», dejó escrito Cassá en el marco de esa ‘nueva vida’ en la que ha cambiado la apatía por la camisa ceñida de palmero ‘bien pagao’ del PP.