Violencia machista

Las víctimas de violencia machista en acogida aumentaron un 14% tras la alarma

Hasta mayo, 71 mujeres y 51 menores han entrado en los servicios de Málaga, que comprenden centros de emergencia, casas de acogida y pisos tutelados . «Como tú no digas que se acabó y denuncies, ellos no lo paran», relata una exusuaria

Aumentan las mujeres en los servicios de acogida después del estado de alarma. |

Aumentan las mujeres en los servicios de acogida después del estado de alarma. | / ANA I MONTAÑEZ. MÁLAGA

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Han pasado más de dos meses desde aquel domingo 9 de mayo en el que expiró el estado de alarma, una medida excepcional que se convirtió en ordinaria por su persistencia durante la primera ola de la pandemia y que volvió a activarse al comienzo de la segunda. Una vez venció este paraguas jurídico que amparaba restricciones como el toque de queda y los cierres perimetrales, el país ha asistido a un aumento atroz de los crímenes machistas.

«Tú como la de la tele. Y de donde va esa, no se sale». El maltratador ha encontrado una nueva forma de amenazar y amedrentar a su pareja, en un contexto en el que empiezan a caer las restricciones provocadas por la pandemia y disminuye la sensación de control sobre la mujer.

No hay estudios empíricos que confirmen el efecto llamada, según Alberto Arnaldo, el gerente de Agise, la agencia que gestiona los servicios de acogida a las víctimas de violencia de género en Andalucía, pero sí una concatenación de hechos. «Todo ese mes de mayo, que ha sido tan terrible, con tantas mujeres asesinadas... eso tiene una repercusión muy grave», explica Alberto. «El agresor utiliza eso como medio coercitivo, de amenaza... contra la mujer. Porque está viendo que la mujer se va a escapar de él».

Hasta mayo, los servicios de acogida de Málaga albergaron a 122 víctimas de violencia de género, 71 mujeres y 51 menores. Con respecto a las mujeres acogidas en mayo de 2020, que fueron 62, supone un aumento del 14%.

«También en junio venimos observando que las mujeres han esperado a que acabe el curso escolar y es cuando ponen seguridad de por medio. Además, llega el verano y es más tiempo de estancia conjunta con el agresor».

Eso sí, siempre ha habido plazas disponibles tanto en los centros de emergencia como las casas de acogida o los pisos tutelados y «nunca nadie se ha quedado sin atender», insiste Alberto.

«Que no vuelvan jamás»

María [nombre ficticio para proteger su identidad] entró en los servicios de acogida hace dos años. Un audio de WhatsApp con una amenaza de muerte la empujó a poner el punto final a una relación de casi un año. Hoy tiene una orden de protección contra su expareja. «Te bajan la luna y te dan todo. Los primeros meses muy bien, pero cuando el vínculo era más estrecho, me daba cuenta cuando alguien le llevaba la contraria». El día que recibió ese mensaje estaba en la calle y ya nunca volvió a casa. «Esa puerta se cierra y ya no se tiene que abrir más en la vida. Todos tenemos defectos, todos cometemos fallos pero eso es imperdonable».

María pasó 10 días en un centro de emergencia, fue derivada a otra provincia y entró en una casa de acogida. Después pasó a un piso tutelado, donde vivió durante un año y dos meses: «Ya estoy fuera», celebra. Durante ese tiempo ha ido superándose progresivamente, siempre a más, siempre avanzando. Hizo cursos de defensa personal, de marketing, de atención al cliente... hace poco se ha sacado la ESO y ya está matriculada para formarse como auxiliar de Enfermería. «Ha sido el momento de decir que tengo que mirar por mí, que nadie me falte al respeto más. Estoy en un sitio que no me conoce nadie, este es mi momento para hacer todas las cosas que antes no he hecho», sostiene risueña. Sin embargo, las risas se paran cuando lanza el mensaje: «Que no vuelvan jamás, ellos no van a parar la violencia», exclama. «La responsabilidad, por desgracia, cae en nosotras, como no lo pares tú, digas que se acabó y denuncies, no paran. A ellos el perdón le dura 10 minutos».

Hoy María es un ejemplo de que de la violencia de género se puede salir y así lo ha predicado a todas las mujeres con las que compartió su estancia en los servicios de acogida. Si necesitas ayuda, llama al 900 200 999. Es un servicio gratuito y permanente, disponible durante las 24 horas, todos los días del año, día y noche. También el 016, que no deja rastro en la factura telefónica aunque sí debe borrarse la llamada del registro.

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En el año de la pandemia, nueve mujeres andaluzas fueron asesinadas por sus parejas o exparejas: tres en Cádiz, dos en Granada, dos en Sevilla (tenían 51 años y 84 años), una en Jaén (tenía 47 años. El agresor mató a sus dos hijos de 12 y 17 años) y otra en Córdoba (Concepción, 65 años). A nivel nacional, en 2020, fueron 45 las víctimas mortales.

En lo que va de 2021, cuatro mujeres han sido víctimas de un crimen machista en Andalucía: Rocío Caíz, de 17 años; Alicia, de 36; una mujer asesinada en junio en Roquetas; y Mari Ángeles, de 46, asesinada el día 15 en Málaga. A nivel nacional, ya son 26 las mujeres asesinadas a mano de sus parejas o exparejas.