Fallecidos en acto de servicio

Los diez héroes que sostienen la historia de la Policía Local de Málaga

Protegiendo la Comisión de Abastos, apuñalado por un huevero, en un tranvía, a golpes, asesinado a tiros... Así murieron un guardia anónimo, José, Miguel, Pablo, Manuel, Francisco, Juan, Leopoldo, José y José Luis durante los 180 años que el cuerpo municipal cumplió el 8 de febrero. La Opinión recupera sus nombres como hilo conductor de la historia de la institución por la que entregaron sus vidas.

La muerte elige a los héroes que se sientan en la primera fila de la historia. En la Policía Local de Málaga, diez agentes se han ganado esa plaza entregando sus vidas mientras trabajaban para sus conciudadanos. Honor. «A los fallecidos en acto de servicio siempre se les tiene un cariño especial», reconoce el subinspector recién jubilado José Luis Sánchez mientras muestra el rinconcito del museo del cuerpo reservado a los casos mejor documentados. Sánchez, que tomó el relevo del que fuera policía local y concejal José Antonio Serrano en el desarrollo de la muestra de la Jefatura Centro, asegura que la recopilación de estos servicios ha sido posible gracias al libro del intendente mayor José Francisco Berruezo y a un gran trabajo en las bibliotecas y archivos de la capital.

La tragedia ha acompañado al cuerpo entre 1866 y 1987, años del primer y último caso que harán de hilo conductor de la historia de una institución que el pasado 8 de febrero cumplió 180 años. Fundada en 1842 con una plantilla de siete guardias y un sargento jefe que ganaban seis reales diarios (500 euros mensuales de ahora), su primer fallecido en acto de servicio es anónimo. Apenas se conservan datos del incidente en el que un guardia murió en 1866 defendiendo a la Comisión de Abastos, como se conocía a la representación municipal y sindical de los sectores que abastecían a las ciudades. El suceso se produjo en el Pasillo de Santa Isabel, junto al Guadalmedina. Aunque no consta reconocimiento oficial al fallecido, no es una locura suponer que lo hubo, ya que las primeras felicitaciones documentadas datan del año anterior por el meritorio servicio de los guardias Martín de la Rosa y Antonio Núñez. La segunda muerte en acto de servicio llegó trece años después en el barrio de La Goleta, cuando el cuerpo ya aplicaba su quinto reglamento y tenía algo más de 100 efectivos que se repartían las Secciones Diurna (60 agentes) y Nocturna (43), aparte del jefe. Con algunos de esos guardias coincidió José Fernández García, que perdió la vida el 21 de julio de 1879 tras ser atacado con un arma punzante en la calle Ermitaño. Apenas siete meses después, el 19 de febrero de 1880, el Cabildo, la máxima autoridad municipal, hizo oficial la muerte de Miguel Álvarez Bermúdez, otro agente atacado mientras trabajaba. El fallecido, que ingresó en el cuerpo en 1875, demostró años antes la pasta de la que estaba hecho, ya que en 1876 fue felicitado por su comportamiento en un incendio.

A finales de 1890, la muerte le llegó a Pablo Fuertes Mengot mientras patrullaba. Los datos que se conservan es que el cabo, el primero en el escalafón de su categoría, fue herido de muerte en un tranvía a la altura de Puerta Nueva. El funcionario llevaba cinco años en el cuerpo cuando fue atacado cuando intentaba detener a un pescador que había infringido las ordenanzas municipales. A estas alturas de la historia del cuerpo volvía a estar operativa la Sección de Caballería que se creó en 1861 y se suprimió en 1875 coincidiendo con la Restauración Monárquica. El total de efectivos rozaba ya los 200 hombres.

Un guardia municipal pone orden en la salida del Cine Pascualini. Fotograma del documental Un día por Málaga (1914).

Un guardia municipal pone orden en la salida del Cine Pascualini. Fotograma del documental Un día por Málaga (1914). / Jose Torres

El siguiente servicio mortal llegó en la primera década del siglo XX. En el Cabildo del 4 de agosto de 1905 se informó de la muerte de Manuel Gómez Toro el 30 de julio. Ocurrió un domingo, día de mayor actividad comercial, junto al Fielato de Zamarrilla, por la calle Mármoles. Manuel intentaba ayudar a un compañero que perseguía al recovero Martín Sánchez Escobar, que en el control aduanero esgrimió una pistola y efectuó un disparo por unas discrepancias con la mercancía. Cuando el guardia le dio alcance, el huevero lo apuñaló mortalmente.

Cambios en la Policía Local de Málaga

Pasaron 35 años y muchos cambios hasta el siguiente episodio. Durante la dictadura de Primo de Rivera llegó el séptimo reglamento (1926) y la sustitución en 1928 del sable por la porra y de la gorra de plato por el salacot alemán en el uniforme. Los agentes comenzaron a asumir funciones de Tráfico y con la llegada del régimen franquista el cuerpo no se salvó de las depuraciones ideológicas. De los 170 efectivos que había en la Segunda República se pasó a 138 y se volvió a suprimir la Caballería en favor de los motoristas. A finales de 1940, el mismo año que la Cofradía de Jesús el Rico y la Virgen del Amor nombró Hermano Mayor Honorario al Cuerpo de la Guardia Municipal, murió en acto de servicio Francisco Galacho Campos. Ocurrió el 9 de diciembre en la calle Mármoles, aunque no constan las circunstancias del suceso. Dos años más tarde murió Juan Barbieri Aranda. El guardia sufrió una lesión mortal en la columna vertebral al intentar coger a un niño del tope de un tranvía.

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Unidad Ciclista en la puerta del Ayuntamiento en los años 50 / Arenas

No constan más fallecidos en acto de servicio hasta 1970, un gran paréntesis en el que el cuerpo creció al ritmo de la ciudad. En 1950, con José Luis Estrada como alcalde, se aprobó una moción para sumar 100 agentes a la plantilla y así alcanzar los 300. Se empezó a trabajar en grupos: la unidad de Distrito, la de Circulación y la denominada Brigadilla de la Guardia Municipal. El primero se encargaba de recorrer a pie los sectores en los que se dividió la ciudad para controlar las ordenanzas, las ventas ambulantes y vigilar los edificios municipales (albergues, Casa Cuna, etc.). El segundo se centraba en controlar el tráfico en los principales cruces, donde los agentes hacían sus indicaciones desde la plataforma que todo el mundo llamaba «el queso». La Brigadilla, por su parte, se dedicaba a los maleantes. En 1952, el cuerpo pasó a llamarse Policía Municipal y dos años más tarde el Vaticano dio el visto bueno para que San Rafael Arcángel fuera su patrón. En esa época, los vínculos del cuerpo con la ciudad se estrecharon cuando la Hermandad de Humillación y Estrella nombró hermano mayor honorario a la Policía Municipal de Málaga, relación que se mantiene en la actualidad.

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Agentes de la Sección de Motoristas.

En 1956, por su parte, se fundó la Sección de Motoristas como tal con cuatro agentes y otras tantas motos Rowena. En los años 60, con el auge del turismo, también llega la Sección de Playas y a mediados de los 70 la plantilla ya alcanzaba los 414 miembros entre los grupos de Circulación, Distrito, Coches patrullas, Motoristas y Parque móvil. Con la llegada de la Constitución en 1978, los grandes cambios sociales también tocaron a la institución y las mujeres se incorporan en 1982 a un cuerpo que a partir de 1986 pasaría a llamarse Policía Local. Actualmente, el cuerpo cuenta con un total de 872 agentes.

Tres tragedias

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Leopoldo Duarte, José López y José Luis Herrera

Leopoldo Duarte: Accidente de moto en la plaza Arriola (1970)

Leopoldo Duarte Benítez sacrificó su vida para salvar otra el 4 de marzo de 1970. Sobre las 11.00 horas de aquel miércoles regresaba en moto al Parque Sanitario Animal donde prestaba servicio de auxilio a los laceros cuando una persona se le cruzó indebidamente en la plaza Arriola, junto al Mercado de Atarazanas. El agente sufrió una mala caída al evitar arrollar al peatón y fue trasladado con graves lesiones en la cabeza al Hospital Civil, donde finalmente se confirmó su fallecimiento a los 45 años. Dejó viuda y cuatro hijos. En la ficha que conserva el cuerpo se detalla que vivía en el barrio de García Grana y que recibía un jornal de 210 pesetas. Como testigo del accidente consta Francisco Aguilar Campos.

José López: Agresión mortal en la Feria de El Palo (1984)

José López Martín, vecino de la Colonia Santa Inés, murió el 6 de septiembre de 1984 por las lesiones que sufrió durante la agresión que se produjo la madrugada el 15 de julio en la puerta de la caseta oficial de la Feria de El Palo. López y dos compañeros más acudieron a un altercado provocado por una quincena de personas que querían acceder a la caseta cuando ya estaba cerrada. Lejos de entrar en razón, algunos de los presentes terminaron agrediendo a los agentes, llevándose la peor parte López, que formaba parte de la Brigada Nocturna y murió en Carlos Haya casi dos meses después a los 48 años. El recorte de una crónica del suceso relata que los autores se llevaron prendas de los agentes tras la paliza.

José Luis Herrera: Asesinado a tiros en la avda. Carlos Haya (1987)

El malagueño José Luis Herrera Gálvez fue asesinado el 16 de noviembre de 1987 en un suceso que trascendió a la prensa nacional. El agente acudió con su compañera de radiopatrulla a la avenida Carlos Haya tras ser informados de que Antonio Cantó, un exlegionario con problemas mentales al que ya conocían por otros incidentes previos, estaba disparando a los transeúntes con una escopeta de aire comprimido. Herrera, de 48 años, trató de desarmarlo, pero el hombre, fuera de sí, lo tumbó de un culatazo en la cabeza, le quitó el revólver y lo ejecutó con varios disparos. Tras ser detenido y trasladado a un hospital, Cantó murió repentinamente en la comisaría

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El acta fundacional del cuerpo de 1842; boletines de denuncias; partes, fotos y atestados de graves accidentes de tráficos; equipos de radio antiguos; armas; los primeros radares de velocidad que se usaron en la capital; uniformes; recortes de prensa; medio millar de imágenes en las que aparecen agentes de muchísimas promociones...

El Museo de la Policía Local de Málaga, inaugurado el 30 de septiembre de 2014 en la Jefatura Centro, es una impresionante muestra para conocer con detalle el trabajo que durante casi dos siglos realizan los agentes de la Policía Local.